Él podía aparentar ser el típico chico malo del cual dejaba su marca, pero lo que era verdad, es que a él le gustaba que yo le marcará tantas veces yo quesiera.
"-Cuándo mencionan algo sobre nuestra boda, mi mente se detuvo y mi corazón comenzó a latir más rápido -" Joel.
Samantha
— ¡¡SAM, AYUDAME!! — Dijo en desesperación — Sam, sé que no eres como el, por favor, piensa en June — ¿June? ¿Dónde está ella? Mire a todos lados pero solo estábamos Matt y yo en ese acantilado, omitiendo que él estaba a punto de caer y que yo tenía un arma blanca en mis manos apuntando a dirección de su cabeza.
— vamos amiga mía, solo jala el gatillo o ¿es acaso que no quieres acabar con la persona que se llevara de tu lado a June? — esa voz, conozco al bastardo al que le pertenece esa voz. — Que esperas Samantha ¡HAZLO! — mire a Joel el cual solo se sostenía con una mano mientras que la otra estaba en sus costillas. Estaba perdido, si jalo el gatillo Joel Matthew West desaparece de nuestras vidas... pero, aquí la pregunta es ¿quiero que el desaparezca?
— Sam, dile a June que la amo — ¿amor? 4 letras, una palabra y el mayor significado para justificar el por qué le disparare.
— ya lo había dicho, yo seré la maldita madrina de boda y la de sus hijos ¡Y nadie me quitara ese puesto! — el pequeño orificio en su pecho fue suficiente para acabarlo, ayude a Matt a subir cosa que el cabron pesa demasiado, casi estuvimos a punto de caer ambos. — ¿estás bien?
— algo, ahora, ayuda a June y pase lo que pase, cuídala. Adiós Sammy — ¿Por qué se despide? ¿Por qué veo borroso? ¿Será por qué no traigo lentes? NOTA MENTAL: Traer lentes en mis sueños la próxima vez.
— ¡SAM! ¡ABRE LA PUERTA! — Desperté de golpe, pero hora sé que ese grito no es un sueño — ¡SAMANTHA! — otra vez el grito llamándome, sin pensarlo baje las escaleras lo más rápido que pude, incluso casi caigo. Llegue a la puerta principal y la abrí de golpe. ¿Alguna vez han sentido ese presentimiento de que algo malo pasara o que tu mayor pesadilla se hará pronto real? Pues este es un ejemplo. Y la verdad, tengo miedo.
— Traeré el botiquín, tú ponlo en el sofá — June jadeo y comenzó avanzar con un Matt todo moribundo a su lado. Ambos estaban empapados y Joel tenía un moretón en su mejilla.
En el baño de mi cuarto había un botiquín, pero justo en el momento que uno quiere las cosas no las encuentran. Maldición. — ¡June no lo encuentro, pon el hielo en su herida, iré a la farmacia!
— ¡NO! ¡ESPERA, NO SALGAS! — grito. Estaba poniéndome mi chaqueta para salir pero regrese a la sala para pedir explicaciones y respuestas. — Nos estaban siguiendo — dijo jadeando — Sam no sé quién era, pero de una cosa estoy segura y es que no quieren a Matthew. — Mire al chico casi muerto en mi sofá, su cara estaba pálida, su respiración apenas y la podía regular. Joel me miro y asintió, esa era la señal para que corriera a la farmacia. — ¡ESPERA, SAMANTHA! — lo siento June.
Salí de mi casa pero una sombra negra escurridiza visualice en la esquina. — Maldito canalla — me escondí entre los carros estacionados de mis vecinos y comencé a caminar con sigilo, no podía verme, no debía verme, no ahora.
— Te vi esconderte, sé que estás ahí — advierte — vamos amiga mía, no te hare nada, la guerra no es contigo y lo sabes — mordí mi lengua y me levante para vernos cara a cara.
— Creí que la cárcel te asentaría bien, pero me parece que no fue así.
— Internado Sam, fui a un internado. — Rodo los ojos fastidiado — creí que June iría al mismo que yo, ¿me pregunto quién me traiciono? — se a lo que se refería, pero la verdad no fue culpa mía.
— Del chico al que golpeaste y casi ahogas ¿o me equivoco?
— Acertando como siempre — sonrió — así que me ayudaras — afirmo.
— Jamás acepte, ¿Por qué crees que lo haría?
— Al igual que yo lo quieres muerto
— ¿entiendes la palabra sarcasmo? El juego acabo tonto.
— ¡oh no Sammy! el juego está empezando y esta vez ganare.
— Hasta crees ¿Y sabes por qué? Por qué June me tiene a mí, a Joel y al Sr. Puff. — sonreí complacida, por primera vez el idiota de mi gato hará algo productivo que no sea dormir o lamerse.
— ¿Qué coño tiene que ver tu gato en esto?
— ¡Oh querido, tiene mucho que ver! Un lindo pajarito me conto que alguien es alérgico a los gatos — ahora me mira feo, la verdad la que debería mirarlo así sería yo. — seguirás con esto ¿no es así?
— Hasta el final de mi fuerza
— Entonces esta es tu declaración de guerra — afirme, el asintió — le diré a mi secretario el señorito Puff que te lo escriba en mi agenda, aunque he de decirte que será muy difícil tener una cita y más para un juego de niños como este.
— Presiento que tienes una ligera obsesión con tu gato — dímelo a mí — pero, espero mi cita pronto — el tarado se dio la vuelta, estaba cojeando así que sonreí entre mis adentros, ojala que se le haya roto el pie. — por cierto, ¿no ibas a la farmacia? — ay no.
— ¡IRIA SI NO ME ESTUVIERAS QUITANDO EL PUTO TIEMPO! — Salí corriendo escuchando su risa en el fondo. Los sueños que quiero que se hagan realidad no se hacen ¡ah! Pero si tengo una pesadilla esta se cumple. Maldito sistema raro. Pero viendo desde otro ángulo, tal parece que ahora Joel y yo tendremos que trabajar juntos. Bueno, viéndole el lado bueno, al menos podré darle una paliza a ese zopenco. — Juro que este será el juego más entretenido que tendrás, Ronan.
Las cosas cada vez empeoran, pero para Joel y Samantha, esto será el juego más divertido y esperado de toda su vida.
Ronan
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