Un café con Elisa

Mi nombre.

Elisa, ese es mi nombre, nada del otro mundo lo se, lo se. Según mi papá no existía forma alguna de escoger otro nombré o siquiera tiempo para pensarlo en un momento tan complicado y lleno de estrés como en el día de mi nacimiento, se que se estarán preguntado; ¿Por que?.

Cuándo yo nací, para aquellos que no lo sepan, nadie estaba preparado, ni siquiera la enfermera que atendió mi parto y por enfermera me refiero a la vecina del quinto piso del edificio en el qué vivía mi madre para esos tiempos y en el cual seguimos viviendo, desgraciadamente, cuando se dio cuenta que mi madre estaba entrando en trabajo de parto fue mientras discutían sobre quien tenia mas derecho a usar el ascensor primero, lo se, cordialidad ante todo, luego de tanta algarabía y drama la señora Teresita(Enfermera ya antes mencionada, la cual ni había dicho su nombre) al ser una señora mayor ya gano, también era la dueña del condominio pero eso no importa, mi madre ni corta ni perezosa no se podía quedar con esa y que otra forma mejor de salirse con la suya que dar a luz en media puerta del ascensor, bravo madre, bravo.

Luego de que la señora Teresita la ayudara nació esta guapura, en fin, mi padre entusiasmado y lleno de agradecimiento no se le ocurrió mejor idea que colocarme como nombre; Teresa Elisa, en honor a dicha heronina que tuvo la ardua labor de traerme al mundo, no, no como mi madre, como la señora de condominio.

Si bien ya saben la historia de mi nombre comencemos.