Capítulo 9

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Me desperté por el estúpido despertador, así que lo apagué trate de quedarme diez minutos dormida, pero esos diez minutos se convirtieron en una hora, me levanté como un rayo al percatarme de la hora, así que solo me recogí el pelo lo más rápido que pude para salir volando a hacer el quehacer.

Cuando terminé todo el quehacer corrí hacía la cocina para hacerles el desayuno, comencé a hacerle el desayuno cuando iba por la mitad, entró Brenda.

— ¿Por qué no está el desayuno listo?

—Lo lamento tanto, se me hizo un poco tarde, pero en 20 minutos está listo.

Ella soltó un gruñido.

—Eres una tonta, espero mi desayuno servido en 15 minutos.

Salió de la cocina azotando la puerta, haciendo que diera un brinco, seguí haciendo el desayuno y cuando estuvo listo lo serví.

Mientras ellas desayunaban yo fui a bañarme para estar lista a la hora de ir a la escuela, al terminar subí con todo y mochila, ya no había nadie en la casa.

Recogí los platos y los dejé en el fregadero.

Salí de la casa y corrí hacia la escuela, cuando llegué faltaba un minuto, así que ni siquiera tuve tiempo de ir a mi casillero por mis libros.

La clase terminó y salí hacia mi casillero, pero ahí estaba Amber.

—Hola. —Dije.

—Holi. —Dijo Amber.

Ella se movió para que yo pudiera sacar mis cuadernos.

—Oye, ¿Ya tienes alguna idea de que vestido usar? —Me preguntó.

Negué con la cabeza.

En eso llegó Isa muy sonriente.

— ¿Qué tal? —Dijo alargando la "a"

—Hola. —Dijo Amber sin saber que decir.

Yo reí.

— ¿Qué pasa, Isabella?

—Nada, oye después de clases tenemos que ir a comprar el disfraz.

Yo no quería un disfraz nuevo, los disfraces eran demasiados caros y yo no tenía dinero, además sabía que si gastaba dinero Brenda me mataría.

—No, yo no puedo comprarme uno. —Dije.

Isabella se quedó pensativa, tratando de pensar en alguna de manera de yo pudiera conseguir uno.

— ¡Lo tengo! —Dijo.

Amber y yo nos quedamos viendo esperando a que ella hablara.

—Bueno mi mamá guardó ropa de tu madre en el ático, de seguro habrá algo que te quede.

Me quedé sorprendida pensé que Brenda había tirado todo sobre mis padres.

—Pensé que había tirado todo.

—No... Lo guardo todo, mi hermana y mi madre irán a ver vestidos en esos momentos podemos aprovechar para dar un vistazo.

—Sí, por supuesto.



Cuando mi madrastra y mi hermanastra se fueron a comprar los vestidos, Isabella bajo a mi cuarto avisarme que ya se había ido, subimos las escaleras hasta llegar al segundo piso, cuando llegamos a la entrada del ático, jalamos el cordón que hizo que la escalera descendiera.

Subimos con mucho cuidado ya que la escalera era muy vieja, cada vez que subíamos un escalón rechinaba, cuando llegamos arriba, vi el foco así que encendí la luz y algunas ratas se escondieron. Trate de no irme corriendo, ya se habían escondido no me harían daño alguno.

Isabella subió la escalera y al ver todo eso casi se desmaya, ella no le gustaban las arañas y creo que en este lugar había más de una.

Comenzamos a revisar las cajas con mucho cuidado cuando encontré una caja y arriba de esa estaba una foto en un marco pero no se veía bien la foto ya que estaba cubierta de polvo.

La tomé con delicadeza y abrí el portarretratos, al ver la foto me mordí el labio tratando de no sollozar.

Era una foto que habíamos tomado hace mucho tiempo, era el primer día en el mundo de mi hermanita y el último de mi madre, pero aun así la foto era hermosa, mi madre salía acostada en la cama muy demacrada pero en su mirada había esperanza, tenía esa misma mirada cuando me cantaba en la noche o jugaba conmigo, a un lado de ella estaba mi padre, su mirada era triste y distante, mi hermanita en los brazos de mi madre y yo a un lado sonriendo.

La guardé en mi pantalón, se sentía extraño la sensación de papel y piel.

—Cindy ven.

Caminé hasta donde estaba ella y vi que trataba de sacar algo de una caja.

Le ayudé a sacarlo y me quedé sorprendida al ver que era el vestido que mi madre había usado una navidad, era un vestido de color rosado, que no tenía tirantes, era sencillo pero hermoso.

—Solo necesita una lavada, ver medidas y estará listo, serás una linda princesa, puedo conseguirte una corona.

Asentí con la cabeza, con eso fuimos a la tintorería nos dijeron que lo tendrían listo mañana, así que al día siguiente fuimos a recogerlo después de clases y me lo medí, pero ya no pude arreglarlo porque mi madrastra me encargó hacer muchas tareas que no tuve tiempo.

Así que cuando era el día, no tenía un vestido el cual usar.

Baje a las escaleras hacia mi habitación un poco triste, pero cuando llegué casi lloró de la emoción ya que estaba mi vestido listo.

— ¡Sorpresa! —Gritaron Isabella y Amber.

Me quedé sorprendida, no sabía que decir.

— ¿Qué?, ¿Cómo le hicieron?

Las dos se miraron.

—Pues te medimos cuando estabas durmiendo, al ver que no tenías tiempo decidimos nosotras arreglarlo, mídetelo creo que te queda bien.

Agarré el vestido con sumo cuidado, me metí a mi baño, me quité la ropa y me puse el vestido, salí del baño para que me lo cerrarán.

Ellas con mucho cuidado lo cerraron y me quedaba perfecto, me vi ante el espejo y parecía una princesa.

—Bien, ahora arréglate, porque hoy iremos a un baile.

Todas sonreímos, al fin y al cabo solo era un baile, nada podría salir mal... ¿Verdad?

Broken Heart #2 (Saga Broken)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora