Amigos con Derechos

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Jessica Moore, conocida por ser amable, linda, agradable y por ser una completa PERRA.

Así es, yo no era la típica niña ñoña, que se cree ruda por decir groserías, que es vulnerable a los chicos.

Oh no, nada de eso.

¿Quién me había hecho ser así?

¿Qué había pasado en mi vida para cambiar tanto?

¿Me había roto el corazón algún idiota? Ja, obviamente no.

Yo sólo quería divertirme.

¿Saben algo? me tenía bien ganado el mismísimo infierno.

Pero valía la pena, las sensaciones que tenía, el placer y gusto que me causaba, no lo cambio por nada.

Todo empezó cierta noche que decidí hacer una pijamada con unos amigos.

Era para darme la bienvenida, platicamos hasta muy tarde, y todos quedaron dormidos.

Menos aquel chico moreno, ojos color miel, que era hermano de una de mis amigas.

Empezamos hablar por mensajes, estando a 2cuartos de distancia.

Me dijo que no podía dormir y me dijo que si iba con el a la sala. Sinceramente ya estaba muy cansada, pero ese chico era muy agradable, guapo.

La verdad, no tenía planeado que nada pasará ya que sólo eramos amigos.

Estaba todo oscuro, y empecé a susurrar su nombre, hasta que me acerqué a un sillón y me indicó que ahí estaba.

Cuando me senté se acercó a mi con el pretexto que hacía frío, tenía un olor tan delicioso, sino fuera hermano de mi amiga me lo hubiera comido ahí mismo.

Realmente estaba muy nerviosa, de repente sentí su respiración en mi cuello, la piel se me puso chinita. Se acercó para darme un beso. Me quite y me empecé a reír, estaba super roja, Dios que vergüenza me alegra que haya estado tan oscuro para que no lo notará.

Gruño ante mi acto, a partir de ese momento supe que las cosas cambiarían, créanme no sufría para nada ese chico me gustaba. Era tan sensual. Oh Dios.

Volvió acercarse, y me intenté quitar, me tomó de la cara para evitarlo y se fue acercando cada vez más.

Solo intentaba hacerme para atrás, y el me sujetaba con fuerza.

¿Y saben qué? Me rendi.

Así es, caí ante sus encantos. Lo besé, fue tan perfecto. Sus labios y los míos iban en perfecta sinfonía.

Las cosas fueron subiendo de tono, ya era un beso intenso, su mano empezó a bajar por mi cuello y llegó a mi pecho.

En ese instante me asusté y me quité.

NO, no soy una de esas monjas que les da miedo, sólo que me sorprendió.

Sé acercó a mi oído y me dijo que lo sentía, le dije que estaba bien y nos abrazamos.

Estaba tan cómoda, y volvió a besarme tan intenso o tal vez más que la vez anterior, me estremeció sentir su mano fría en mi pecho.

¿Alguien me puede decir en que momento hizo éso?

Ahora no lo quite, sentí una gran necesidad de sentirlo.

Ésta vez lo que nos separó fue la falta de aire. Éste chico era Genial.

Después me preguntó que si tenía frío y le dije que sí, realmente ésa casa era un congelador.

-¿Te traigo una cobija?-

-NO, ¿y si ya no vuelves?- ¿Que rayos fue éso?

-Si volveré, te lo prometo- y me dió un beso tierno.

A los 2 minutos no escuché nada.

BRAVO Jessica, le quitaste las ganas y te dejó sola. BRAVO.

Ya me había resignado. ¿Estaba siendo exagerada? Si tal vez un poco, pero que tanto puede tardarse en agarrar una cobija.

Sentí que algo me cubrió, me alegré tanto que haya regresado.

Acaparé toda la cobija para mi.

-Oye también tengo frío-

Le toqué la mano, y si estaba helado.

Me acerqué para taparlo y me agarró con cierta posesividad. Eso me había gustado, y empezó a besarme como si no existiera nada más. Sus besos era cada vez mejores, más sensuales.

Entonces tomó mi mano y la acercó a donde menos lo esperé.

Dios mío, tengo que huir. Inmediatamente la quite y gruño, hizo lo mismo varias veces.

¿Tienen alguna especie de trauma con que los toquen o qué?

Era la primera vez que yo experimentaba algo así.

Cuando por fin terminó ese exquisito beso. Se recargó en mi pecho y dijo que mi corazón estaba acelerado.

¿Qué esperaba!?

Hice lo mismo y el suyo parecía que traía banda! Me enorgullecia el saber que estabandera asi por mi.

Tomé su mano, y estaba CALIENTE, todo el estaba caliente, me asusté.

-¿Oye te sientes bien?- estaba muy nerviosa. ¿Y si se enfermaba por mi culpa?

-Si, bastante. ¿Por qué lo dices?- este chico estaba bastante confundido.

-Es que.. estas muy caliente. ¿Y Si te enfermas y te mueres? Yo mo quiero cargar con un muerto en mi conciencia- Jessica la exagerada había regresado.

Se acercó a mi oído, sentí su respiración. Era una sensación tan placentera.

-Así me pones- susurró

¿QUÉ? ¿Así lo pongo? ¿Me está culpando de su enfermedad?

Oh no, no no no.. Ya entendí.

Él se había "calentado" y no precisamente por la enfermedad.

Ay, pero que mensa.

¿Inocente, tonta?

No se como debía sentirme en ese momento.

Sólo puedo decir que había sido una de las experiencias más placenteras que había tenido.

Después de lo que había ocurrido lo que menos esperaba era que siguieramos siendo amigos? No sé, claramente el no me interesaba como algo más.

Y algo que si me sacó de onda fue ver como al día siguiente me evitaba. ¿Podía ser más ridículo?

No lo creo.

En fin, es un inmaduro.

Pero saben, ése inmaduro me había hecho sentir lo que nadie en todo mi vida.

Sentir su piel al contacto con la mía, su respiración poniéndome los pelos de punta, sus labios con los míos.

Oh Dios, ese chico inmaduro me había complacido.

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