Capítulo 4

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Domingo

3:30 p.m quisiera seguir durmiendo pero tengo más necesidades básicas, quiero comer.

Voy a la cocina y preparo pasta con chile poblano. Delicioso.

Ya que es domingo de fútbol, prefiero poner una película. Divergente.

Dios que día tan maravilloso. Veo mi celular y veo que tengo 2 llamadas perdidas de Nadia y un mensaje de Ricardo.

*Ricardo 2:15 p.m*

Se que no ha pasado ni un día, pero ya quiero verte. Iré a tu casa a las 6:30

Me doy una ducha y en lo que me cambio escucho la película. La he visto como 5 veces ésta semana. Cuatro es tan adorable.

Noto que el tiempo pasó volando ya que escucho sonar la puerta. Ricardo.

En cuanto abro la puerta sus manos se apoderan de mi cara y me besa. Es un beso con necesidad, un beso que dice "te he echado de menos", un beso que dice "no me quiero separar de ti."

Pero disculpen, también necesito respirar. Nos separamos y lo hago pasar. Cierro la puerta, y de repente estoy contra ella y Ricardo besandome más intensamente que nunca. Me agarra de los muslos, y éso es una clara invitación a abrazarlo con mis piernas por la cintura.

Sin dejar de besarnos me lleva al sillón y me desprende de mi blusa, hago lo mismo con su camisa. Desabrocha mi pantalón y de un momento a otro ya estamos semi desnudos. Siento que mueve mi ropa interior, no la quita sólo la mueve. Y siento como algo se intenta introducir en mi. Un dolor incomparable se apodera y lo empiezo a empujar para que se aleje.

-Quítate, me duele-

El se separa de mi.

-Hay que intentarlo, lo haré más despacio.- aseguró

-No, No en verdad me está doliendo-

Hizo caso omiso a mi súplica y lo volvió a intentar. Decidí dejarlo. Y de nuevo ése dolor.

-ALEJATE YA!- estaba al borde del llanto.

Bufó, y se alejó.

Me vestí y fui a la cocina.

Siempre supe que la primera vez doleria, pero era como si mi cuerpo lo rechazara. Claramente aún no estaba lista para éso.

Al regreso a la sala lo observo y está muy entretenido en la televisión.

-No me puedes dejar así con las ganas-

Éso me asustó.

-Quiero que me la...-

-CÁLLATE, no seas vulgar.-

-Bueno, quiero que me des besos intensos en mi aparato reproductor.-

Reí nerviosa.

-Es que... yo, nunca lo he hecho- estaba tan apenada.

-Yo te enseño, no tienes de que preocuparte- dijo bastante tranquilo y ¿comprensivo?

Obviamente éste chico sabía cómo hacer que las cosas sonaran "fáciles."

Después de haberlo intentado, y que él expulsó cierta sustancia en mi boca. Me abrazó y seguíamos viendo la televisión.

De repente, suena su teléfono. Lo responde muy nervioso.

Cuando cuelga sólo le sonrío.

-Tengo que irme, lo siento-

-¿Todo bien?-

-...Si- él estaba muy nervioso.

-Prometo llamarte pronto.- Me besó y se fue.

Me empiezo a quedar dormida.

Hasta que unos terribles toques a mi puerta me despertaban. Cielos Nadia, ¿no podías tocar la puerta de una manera civilizada?

Me quedo en shock cuando veo a mi amiga con los ojos rojos de tanto llorar, el cabello por sin ningún lado, pero no era Nadia, era Nicolle.

¿Pero qué hacía en esas condiciones?

-Nicky, pasa.- estaba muy asustada, miles de teorías con respecto a lo que le habia pasado rondaban en mi cabeza.

Ella lloraba descontroladamente. Sentí, sin exagerar que de un momento a otro se quedaría seca.

Un silencio incómodo inundaba la casa.

Le indique donde quedaba el cuarto de visitas. Decidí dejarla, si me quería contar más adelante lo respetaría.

Ahora sólo quiero caer en los brazos de Morfeo.

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⏰ Última actualización: May 29, 2014 ⏰

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