Antes que nada quiero avisar que VA A HABER LARRY, porque bueno, obviamente, soy Larry Shipper, y tenía muchas ganas de hacer una novela Larry, asique voy a aprovechar y también voy a agregar Larry, oksadljsdai me siento tan ASDFGHJASDFGHJ ah, ocaso me calmo, en fin, también van a estar famosos, Taylor Lautner, Taylor Swift, Bridgit Mendler, Abraham Mateo, Ashley Benson, y muchos más e.e ah, en fin, solo eso, también van a haber escenas 1313/69 y SMUT, MUCHO SMUT, SMUT POR AQUÍ, SMUT POR ALLA, UN SMUT TE SALUDARA, bueno me calmo.
Pueden hacerme preguntas si quieren, y.. bueno, idk(?
.________________________________________________________. (puse asi porque me parecío como una ballenita papá *W* ya, ya, mejor ya pongo el capitulo(?
Estamos en invierno, con temperaturas bajo cero, y puedo jurar que la mitad de Reino Unido está maldiciendo por tener que ir al Instituto, trabajo, etc… no suelo decir muchas malas palabras pero, mierda que me estoy helando, no puedo creer que tengo que ir al Instituto, digo, una cosa es que venga tu madre y te levante, pero, ¡Oh que sorpresa! No tengo madre y vivó con tres de mis mejores amigas, y no solo eso sino que la que me está obligando a despertar de mi hermoso sueño en donde estaba yo rodeada de tantas tentaciones (entre ellas chocolate, mucho chocolate) es mi mejor amiga; Leslie, ella es una persona muy dominativa, odia cuando no le hacemos caso y sobre todo cuando le llevamos la contra, bueno, no hace falta decir que eso siempre ocurre, pero esta ocasión es diferente, quiere que me levante y si o si tengo que hacerlo, o lo peor vendrá para mí, sí, estoy hablando del balde cuyo contenido es agua totalmente helada, y es totalmente capas de volcarlo sobre mí.
¿Aún no te has levantado? –escuché la dulce voz del demonio provenir desde desdé la puerta abierta de mi habitación. Yo me giré para observarla bien y la luz que provenía de la puerta hizo que cerrará un poco los ojos para acostumbrarme a la claridad –.
Ya estaba por levantarme, pero la cama no me deja, la almohada me susurra un claro ‘no me dejeees’ –Hice una voz muy aguda acariciando de pasada mi hermosa almohada de Winnie the Pooh– No puedo dejarla, me ama, yo la amo, no nos obligues a ser como Romeo y Julieta.
Levántate –anunció una Leslie bastante molesta, bufe y retiré las sabanas de mi frío cuerpo. Carajo –murmuré sintiendo el frío colarse por mi piel, Leslie sonrío hipócrita y se retiró cerrando la puerta detrás suyo. No fue buena idea dormir solo con un short y una remera, ambas negras con lunares rojos. El problema es que ayer no estaba este frío, ayer estaba cálido, y ahora, ahora hasta mis mocos se congelaron.
Me acerqué al gran armario que tenía frente a mí, lo abrí dejando expuesto varias prendas, tomé mi uniforme escolar, al que yo le había cambiado muchas cosas, nada drástico, solo teñí mi uniforme de un color rosa, y le agregué algunos moños, todo muy lindo, me había quedado tan hermoso, era una falda tipo como el de las porristas, pero no exageradamente corta, lo normal, la falda y la blusa, tenía algunos bordados y era en forma de V , un uniforme bastante bonito, y mucho más bonito cuándo yo lo arreglé. Pasé mi vista por toda la habitación hasta al fin encontrar mi mochila de Minnie Mouse era mi favorita, dentro de esta se encontraban todos mis libros y carpetas listas para usar, también tenía mi peluche de Flounder, el pescadito de la Sirenita, me lo habían regalado las chicas para mi séptimo cumpleaños, y desde ese momento solo lo tengo yo, nadie más, me encantaba mi Flounder, habían pasado tantas cosas conmigo y ese pescadito, nunca me iba a algún lugar sin él, era mi infancia y ahora que tengo dieciséis años aún lo conservo.
Tomé mi mochila y baje casi a las corridas hasta el comedor, donde mire hacia todos lados pero no había nadie, seguí caminando hasta la cocina y ahí se encontraban todas, desayunando y con sus uniformes también ‘arreglados’ como el mío, sonreí inconscientemente y me senté en una de las sillas.
Oh dios, ¡milagro! –Gritó Shailene yo rodé los ojos y esta siguió hablando. –Es un milagro, ¿Cómo lograste despertarla?
Fue difícil, pero no imposible –Leslie tomó el cereal y la leche y me los alcanzó. Oh vamos, ni que fuera tanta cosa –Murmuré yo haciéndome mi desayuno favorito, ese y el huevo frito con carne, pero de seguro estábamos ya llegando tarde. Todas comenzamos a plantearnos ideas para el nuevo Instituto.
Yo creo que deberíamos de ser por fin nosotras mismas, odio siempre estar en personaje –Murmuró Shailene, yo asentí estando de acuerdo. Además es muy difícil siempre ser la niña dulce –Volvió a quejarse y Elena se echó a reír, yo la observe y, por dios Elena es muy contagiosa, también comencé a reír con ella, tanto que me atragante con los cereales y creo que hasta la leche se me salió por la nariz, todas se empezaron a reír y yo con ellas, a veces podíamos ser tan desastrosas. Luego de que hayamos dejado de reír, todas limpiamos rápidamente todo, y nos fuimos a lavar los dientes, nos maquillamos, me encantaba mi maquillaje, todas sabíamos maquillar profesionalmente, asique no era un maquillaje común, no señor, era un maquillaje muy profesional y genial, bien, eso no interesa mucho, luego de maquillarnos todas tomamos nuestras mochilas y nos subimos a la camioneta de Shailene.
Y bien, ¿Qué clases tienen? –Preguntó Leslie y todas sacamos nuestros horarios, que nos dieron hace mucho tiempo, (si, Leslie hace mucho ya había acomodado todos los papeles). Alcé mi vista y las mire. Química –Murmuré y largue un largo suspiro. Odio química, lo admito, es una clase con la que ni de chiste podría pasar, leí los demás horarios y la única materia que tenía seguro pasar era Historia, pero no cualquier historia; la Mitología Griega era lo que más me encantaba, si en esa clase de historia enseñaban la mitología griega, sin dudas me la pasaba, el problema estaba en que si daban otra clase de historia, después de eso ya estaba seguro de que no iba a pasar otras materias.
A mí me toca, italiano –dijo Shailene contenta, a ella le encantaba Italia, y siempre había querido aprender a hablar en Italiano, obviamente, ella ya sabe hablar italiano, pero le gustaba saber que en esa clase iba a ser la única que realmente sepa todo.
Pues a mí matemáticas –murmuró Elena haciendo una mueca, ella tampoco era buena en clases. La única de todas nosotras que era posiblemente buena en las materias era Leslie, pero a veces se le complicaba mucho estudiar o concentrarse, después de todo nadie es totalmente inteligente.
Yo tengo Literatura avanzada –anunció esta y yo me reí sin saber por qué. Vi como a lo lejos ya se veían los edificios del instituto, comencé a sonreír, a pesar de las tareas, trabajos y muchos libros aburridos, la escuela me gustaba era lindo saber que pertenecías aunque sea a algún lugar, porque a veces me sentía como si no perteneciera. Siempre ha sido así.
Cuando llegamos todas bajamos y Shailene cerró las puertas, y todas caminamos dirigiéndonos hacia las entradas. Shailene llevaba el mismo uniforme que yo, a diferencia de que el color de ella era un Violeta, y sus ojos verdes resaltaban con su maquillaje del mismo tono que su vestido, sus labios rojos eran muy llamativos y provocativos se podía observar por algunas miradas que los chicos que están allí fuera le lanzaban, sus zapatos negros la hacían ver un poco más alta y aún más sexy, en todo caso, ella era la mala del equipo. Leslie, su uniforme era de un color verde agua, bastante llamativo el mismo color en su maquillaje el cual llevaba muy bien esfumado, sus labios no muy rojos hacían resaltar esos hermosos ojos azules que tenía, ella también usaba zapatos altos, era la más responsable de todas, pero no por eso dejaba de ser tal agresiva y loca. Elena diferente a todas, llevaba su uniforme un poco más levantado, de color celeste, su maquillaje en cambio era un tono azul, sus labios de un tono champagne iban en contraste con sus hermosos ojos celestes, también usaba zapatos pero estos plataforma, le gustaba más estar cómoda. En cambio yo, con mi uniforme rosa, mi maquillaje rosa, pero con un poco de negro para profundizar y difuminar, mis labios de un rosa chicle combinaban con mis ojos, raros de hecho, porque de un lado era celeste, celeste como el mar, y del otro lado era marrón, un marrón chocolate, celeste de un lado y chocolate del otro ¿Cómo es eso posible? No lo sé, todas éramos castañas, castañas chocolate.
Cuándo estábamos por llegar a lo que parecía ser la dirección cuatro chicas se posaron frente a nosotras con aires de superioridad.
