¿Por Qué Yo?

Fuego muerto

Narrador:

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Su cuerpo temblaba de miedo, sus ojos veían con horror aquélla imagen, mientras unas incontrolables lágrimas salían sin intenciones de contenerse ni detenerse, y cómo lograr eso, si justo frente a sus ojos quien trató de protegerlo todo el tiempo era atravesado, no hizo más que quejarse ante el dolor, no pudo reaccionar ante eso, cuando esas mismas estacas acabaron de manera contundente con la vida que le quedaba. Dejando tras de sí solo un cuerpo inerte y rígido caer al suelo cuando aquellas cosas que le provocaron la muerte regresaban al suelo transformándose en nieve, nieve la cuál empezaba a teñirse de rojo.

El frío abarcaba más terreno a sus alrededores y en él, el frío comenzaba a aprisionarlo, y una pequeña risa que se dejó oír frente a él le hizo querer apartarse lo más que pudiera, más de lo que la nieve y el hielo le dejaron, solo pudo retroceder unos cuantos pasos antes de que sus pies acabaran atrapados por el hielo.

No podía dejar de ver ahora ese rostro, un rostro que a simple vista se denotaba no solo adorable, también inocente y que podría tener una persona pura en el mundo... No obstante ese rostro era tan engañoso para quien sea, menos para él que le tocó ver la verdadera cara que tenía bajo esa simple imagen engañosa, ZiTao lo veía con odio, con dolor.

Ese rostro que ahora más de cerca, hacía ver que tenía un tipo de mancha, que se expandía en él como si se tratasen de raíces. La mitad de su cara estaba cubierta por esa extraña mancha... Era asqueroso, y no daba ningún tipo de alivio. Su mirada de miedo, odio y más emociones de ese tipo aumentaron en un punto...

Al ver a Minseok pateando el cuerpo inerte de Chanyeol, a la vez que se reía y soltaba palabras insultantes hacia quien debía de ser su amigo, su compañero.

─ ¡NO LO TOQUES!─le gritó no soportando la imagen que ante sus ojos se mostraba, aún presa del miedo le gritaba lo cobarde que era. Aún con sus lágrimas bajando por sus mejillas y su voz quebrada quería encontrar un valor que le faltaba. No importaba lo que le fuese a decir...

Él no era ni de cerca el indicado para nada...

Todo había sido su culpa

El mayor de los ahí presentes, y el vencedor en aquél único encuentro en aquel lugar solo ladeó la cabeza viendo con ojos burlones al pelinegro, teniendo en su cara una sonrisa cínica que sí daba ese toque de cinismo juntado con aquella mancha negra en él (por muy tierna que se viera su cara intentando descontar lo ya antes dicho, a Tao ver esa cara le daba asco, coraje). Viendo después del cuerpo del pelirrojo ─teñido─ boca abajo con algunas estacas clavadas por su torso, mientras la nieve y el hielo bajo sus pies era cubierto de sangre, una gran cantidad de sangre presente.

Eso solo causó que una risa se hiciera presente en la sala, era una risa deforme y siniestra, y salía de él. Su cara también se deformó en plena risa, provocando que esa cosa en su cara se expandiera más, iba desde la parte de su nuca hacia el resto de su cuerpo.

─ ¡¿Que no lo toque? Qué clase de chiste malo me cuentas pero que me hace reír, anda dilo otra vez!─expresó con locura ante el aterrado pelinegro, quien quería liberarse de aquélla "prisión" en sus pies, resultando inútil y solo consiguiendo el ser más sometido ante ese ambiente.─ ¡Mama estará orgullosa de nuestro logro! Solo necesitas morir─se acercaba más ante Tao, soltando palabras y oraciones que este último no entendía en lo absoluto, la única que entendió fue que lo mataría. Mientras Minseok dejaba ver otro humo helado rodeando su mano, levantando el brazo preparando el ataque que le arrebataría la vida.