»narrador omnisciente.
—¡Yoongi! ¡Yoongi abre ahora mismo! —Repetía Jeongguk golpeando una y otra vez la puerta.
Podía oír el llanto de Jihoon, pero nada de Yoongi y/o Yoonji, cosa que le preocupaba más que nada.
Sabía de lo que su amigo era capaz, no quería aceptarlo pero lo sabía, y con su corazón tan agitado, con las manos tan temblorosas y los ojos tan cristalizados sólo atinó a patear la puerta con toda la fuerza que le quedaba.
Siempre se sentía débil, el cansancio no le dejaba nada de energía o fuerza, pero en una situación desesperada él sacaría la voluntad de donde fuese.
—¡Min! —Gritó, viendo como Jihoon aumentaba su llanto pero decidió darle su juguete para que se calmara, no lo llevaría arriba sabiendo cómo estaría Yoongi. —Calma, bebé, Papá ya vendrá y estará mejor, ¿Sí?
Sorbiendo su nariz corrió a duras penas hacia el segundo piso de la casa, deteniéndose cuando estuvo frente a la puerta del mayor, abriendo esta con lentitud.
—Yoongi... ¡No!
