Harry se encontraba sumido en una creciente desesperación mientras el teléfono vibraba en su mano, la sexta notificación de aquellos mensajes ominosos que no dejaban de atormentarlo. Cada nuevo mensaje, cada nuevo intento de comunicación, solo aumentaba su ansiedad y su paranoia. Había respondido a algunos mensajes, esperando obtener una pista sobre la identidad del remitente o sus intenciones, pero sus esfuerzos habían sido en vano. La ausencia de respuestas concretas solo intensificó su inquietud.
Todo se volvió aún más inquietante cuando un paquete llegó a la casa de Louis con el nombre de Harry claramente estampado en el destinatario. La sorpresa y el miedo se mezclaron mientras Harry abría el paquete, encontrando un colgante con un dije de piedra ónix en su interior. La piedra tenía una apariencia imponente y, a pesar de la belleza del colgante, algo en su forma y diseño le resultaba extrañamente familiar, aunque no podía identificar de inmediato por qué.
La paranoia del adolescente estaba en su punto más alto. La sensación de vulnerabilidad se hacía palpable cada vez que salían de casa sin la protección de los guardias de Louis. Su mente no dejaba de imaginar los peores escenarios posibles: emboscadas, confrontaciones y la constante amenaza de ser descubiertos o atacados. Sabía que sus movimientos estaban siendo vigilados y que cualquier salida sin la protección adecuada podría ser un riesgo significativo.
Louis, consciente del creciente malestar y la tensión que envolvía a Harry, tomó el control de la situación con una calma determinada, a pesar de su creciente preocupación.
—Harry, ya es suficiente. Ven aquí —dijo con voz firme, atrapando a Harry por el brazo y forzándolo a mirar hacia él— desde que salimos has estado mirando a cada persona o auto que pasa a nuestro lado, como si temieras algo o a alguien. Comunícate conmigo. Dime qué pasa.
Harry levantó la vista, sus ojos reflejando el terror y la angustia que sentía. Se acercó a Louis y se aferró a él, buscando en su abrazo una forma de protegerse y de encontrar consuelo.
—Quiero hacerlo, de verdad. Pero temo por tu seguridad —murmuró, la voz temblorosa mientras se apretaba contra el cuerpo de Louis— mejor regresemos a la casa. Te contaré todo, lo prometo.
Louis asintió, aunque la preocupación se mantenía en su rostro. El viaje de regreso al auto transcurrió en un silencio tenso, con Harry sumido en sus pensamientos y Louis tratando de calmar su mente mientras observaba a su pareja. La ansiedad de Harry era palpable, y Louis sabía que no podía apresurar el proceso, debía permitirle a Harry hablar cuando estuviera listo.
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the auction (l.s)
FanfictionCon una mezcla de sorpresa y repulsión, Louis se dio cuenta de que lo que había encontrado era una trampa para aquellos que, como él, buscaban lo inusual. El joven exhibido era una víctima del comercio ilegal, una realidad que había sido ocultada tr...