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Londres, 2013.

Oscuridad, dolor y asco. Es el primer recuerdo que me viene a la mente, yo Ciel Phantomhive un omega de tan solo 13 años estaba condenado a ser un maldito jugete de entretenimiento para alfas y betas con necesidades de satisfacción carnal.

Desde el fallecimiento de mis padres y el asesinato de mi gemelo fuí capturado para luego ser vendido a uno de los muchos prostíbulos del bajo Londres. Todavía recuerdo el olor podrido de aquellas personas y del sexo de aquél lugar, sumamente repugnante, estuve aislado de la sociedad durante 6 meses de infierno donde perdí todo rastro de inocencia, hasta que llego él.

Un 12 de diciembre llegó un hombre joven de semblante serio, de piel blanca como la nieve, con cabello de color azabache y de olor dulce y a su vez relajante.

Un alfa

Estuviste viendo el lugar por varios minutos buscado quién sabe que sin resultados, hasta mi compañero y mi único amigo Alois lo notó.

Tú y tu amigo solo se quedaron ahí, mirando el escenario basio, qué poseía tres tarimas de pole dance, como si esperaban algo importante e imaginario. No pude ver más ya que era hora de mi turno de subir a la tarima y empezar mi pequeño "show" al igual que Alois. Cuando subí abriste hasta quedar cual plato como si de una marivilla se tratase.

Luego de unas horas me sitaste a un cuarto privado y fue ahí que mi semblante cambio, creí que eras distinto a los demas quienes solo buscaban acostarse. O eso creía.

Entraste a la habitación donde yo te esperaba, y sin decir nada te me acercaste para extenderme una pequeña nota escrita con tu perfecta caligrafía. Al terminar de leerla asentí con inseguridad a su vez mostraba una falsa sonrisa.

— Ciel Phantomhive, ese es tu nombre ¿Verdad?— Hablaste tranquilo pero pude notar tu miedo e inseguridad en tus palabras. Asentí nuevamente por la pregunta. —¿Qué piensas hacer conmigo una vez afuera?— Te vi sonreír, eso me asustó—No tengas miedo, ya sabras con el tiempo. En dos días estaré aquí de nuevo para llevarte. — Me regalaste una calida sonrisa que no pude evitar ver con determinación y soltar un audible sollozo. Un desconocido me invita a salir de ese agujero del infierno con propósitos ocultos. Estaba muy asustado...

— Joven Phantomhive, cálmese— limpiaste mis pequeñas lágrimas para luego en un pequeño tono decir unas simples palabras que me reconfortaron.— Yo no digo mentiras.— Y sin más saliste por la misma puerta donde por donde entraste en un inicio.

Ya terminando mi turno corrí como loco hacía la habitación donde se encontraba Alois, pero al entrar me quede paralizado

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Ya terminando mi turno corrí como loco hacía la habitación donde se encontraba Alois, pero al entrar me quede paralizado . El cuerpo de mi amigo estaba inerte e inconsciente sobre la cama mientras que por sus piernas brotaba un líquido espeso de color carmesí, sangre.

Sin perder más tiempo, con la poca fuerza que poseía, lo levante para llevarlo con Agni, pero tenia que apurarme.

Mientras recorro los extensos pasillos en mi mente solo rondaba una pregunta, ¿Qué tipo de ser humano dejaria a un omega en estas desplorables condiciones?.

Es mi turno de salvarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora