Al llegar al salón principal me encuentro con todos, ni cuenta se han dado que me había ido, genial. No quiero seguir aquí. No con toda esta gente aquí. Decido que es mejor irme a mi habitación y encerrarme en mi burbuja. Subo un par de escalones cuando siento un tirón del brazo, pero que demonios.
Me giro y me encuentro con Allen. Por fin, maldito ya lo estaba odiando. Me regala esa sonrisa de dientes blancos y perfectos. Me atrae asía él y me da un fuerte abrazo. Esto era lo que había necesitado todo el día, la compañía de mi mejor amigo, de la única persona que aunque suene extraño la única que realmente me entiende.
-Allen. Empezaba a odiarte enserio. –le susurro aun abrazados.
-Lo sé, un contratiempo. Pero todo esta listo ya. ¿Y tú lo estás?
-¿Lista? Para el que. –pregunte, no sabía a qué se estaba refiriendo.
-Te lo he dicho esta tarde que estuvimos hablando, es enserio Lena.
Me encojo de hombros, sin saber que hacer o decir. Allen mueve la cabeza de lado a lado, pero no dice nada más. Toma mi mano y me dirige a la puerta principal, eso no es cierto. Planea que salgamos de la casa sin que mis padres lo noten, está loco si cree que podremos sal...
-Sorprendida. –me dice una vez en la acera de la casa.
-¿Cómo has hecho eso? –pregunto.
-No ha sido tan difícil. –responde abriéndome la puerta de su mini. Una vez dentro me abrocho el cinturón de seguridad. Len no tarda en hacer lo mismo. Pone en marcha el mini, y es entonces que recuerdo que dijo que esta noche nos embriagaríamos. Miro por el espejo retrovisor, alejándome de la casa de mis padres y riéndome de ellos, una cuadra y veo abrirse la puerta. Esto era casi perfecto para ser real. Se han dado cuenta, seguro Olimpia nos vio y se los ha dicho, pero no, no son ellos, es una sombra negra, es el tipo de hace un rato.
Creo que Allen se ha dado cuenta porque de inmediato pisa el acelerador hasta que pierdo de vista la casa. Pero quien será ese tipo y bueno ahora sé que no es un colado, ha entrado por la puerta principal.
Un par de minutos y Allen detiene el mini en las afueras de la reservación, me le adelantando abrir la puerta, es cierto que Len es muy caballeroso y empalagoso cuando se lo propone, y eso me fastidia un poco de él. Me sonríe y se va a la cajuela para sacar no se qué.
-¿Quieres que te ayude con eso? –pegunto.
-¡¡¡NO!!! –escucho que grita. –No es necesario, listo. –dice cuando está a mi lado ya, lo veo con una mochila a su espalda y un canasta de picni.
-¿No crees que es muy tarde para un picni? –me rio de eso.
-Sera mejor que cierres el pico quieres.
Auch, eso me ha dolido. Decido hacer lo que dice mi amigo y lo sigo. Bueno trato de seguirlo, conozco muy bien estas áreas, pero con zapatos para correr no con tacones. Allen debió decir que vendríamos a este lugar. Y yo me habría puesto zapatos bajos, quizá mis bailarias. Me hubiese encantado ver la cara de mi madre si eso hubiera pasado.
-Deja de reír y avanza quieres.-me ladra Len.
-Bueno, si me hubieras dicho que vendríamos a este lugar, seguro vendría más cómoda. –camino como bambi recién nacido. Allen me mira y luego enfoca sus ojos en mi calzado, regresa hasta donde estoy y deja las cosas a un lado.
-Lo siento, no me había dado cuenta de ello. –trata de disculparse. –lo veo agacharse y empieza a sacarse las vans.
-Len, que haces. No es necesario. En verdad.
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Siempre lloras en las fiestas?
Teen FictionAlena busca independencia... Luke busca una esperanza... Ambos necesitan algo del otro, pero uno de ellos arruinara algo del otro en el proceso de su busqueda...