Capitulo 32

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El día se estaba poniendo gris y mi corazón se iba cayendo de a poco cuando pensaba en el simple hecho de que tenia que irme del hotel donde estaba Erick. Tomamos un taxi y nos fuimos hasta mi casa. Obviamente que bajo y me tomo de las manos. 

-No es una despedida -Dijo sonriendo- Mañana vendré también 

-Pero solo nos quedan dos dias

-Pero voy a estar aquí esos dos días, a tu lado

-Media sonrisa- No quiero perderte

-No lo harás -Dijo y me beso- Ahora ve, mañana vendré por ti a la mañana temprano y pasaremos el día entero juntos ¿Que tal esa idea? 

-Si, me encanta

Erick me abrazo con fuerza y luego se subió al taxi para irse. Entre a mi casa, no había nadie ya que mis padres todavía siguen de viaje, así que aproveche el silencio y me tire en la cama, mirando el techo, pensando en el maravilloso día que pase con el ayer, e hizo que me saliera una sonrisa y me sonrojara, y que a pesar de que se va por unos meses, se que volverá a mi como lo hizo la primera vez. 

A los pocos minutos, el timbre sonó, y por un momento soñé que era el esperándome en la puerta, sin poder irse de mi lado, besándome de nuevo. Llegue a la puerta rápidamente, ni siquiera me tome el tiempo a preguntar quien era, o a mirar por la ventana, abrí. Mi rostro se lleno de preguntas, miedo y un poco de decepción al ver que el muchacho que estaba parado frente a mi puerta, no era Erick, si no que era Damian. El es un amigo de toda la vida, la verdad que lo apresio mucho.

-Hola Leila

-Hola Dam, ¿Sucede algo?

-No, solo que pase por aquí y quería saber como estabas

Nos quedamos charlando en la puerta de mi casa. 

Narra Erick:

Subirme al taxi fue lo peor que pude haber hecho en la vida, ella me miraba con una cara de tristeza que me partía en miles de pedazos. Amo a Leila como a nadie en la vida, pero ella debe entender que lo que hago es lo que me gusta y es mi responsabilidad, ella sabe que voy a volver. El taxi freno de golpe cuando estaba por sacar el celular, me sorprendí, cuando levante la vista y había seis muchachos grandotes frente a mi. Dos de ellos abrieron la puerta de la parte de atrás donde estaba yo sentado y se sentaron a mi lado. El otro, abrió la puerta junto al taxista quien estaba aterrado igual que yo. 

-¿¡Que quieren!? -Dijo asustado- 

-Contigo nada -Dijo el joven a su lado- Hola Erick, nos volvemos a encontrar

Franco era el muchacho al lado del taxista. 

-¿¡Que mierda quieres?! 

-Te dije algo sobre Leila, y veo que no entendiste -Dijo y miro al taxista- Vuelve a la esquina de la casa de la chica, ahora -Dijo enojado- Vamos a ver que dices ahora -Dijo enojado- 

Volvimos a la esquina de su casa y pude verla hablar con un chico. Franco volteo de nuevo a mirarme. Ella se veia tan hermosa desde donde estaba, sonriendo. 

-El es un gran amigo mio y tambien de Leila. Quiero que la mires fijamente y pienses, ¿Que pasaria si a el le llega un mensaje mio y entra sin permiso a su casa? La lastima, le hace todas las cosas esas sucias que piensas en este momento

-Lo mire- No serias capaz

-Si no te alejas de ella, soy muy capaz -Saco el celular- Ups mira, justo estoy con el chat de mi amigo

-La mire- 

-Vas a dejarla. No es una pregunta, es una orden. Vas a irte mañana mismo a donde tienes que irte y la vas a lastimar, y la vas a dejar abandonada. Solo para mi. 

Juro que por un momento iba a negarme, pero no puedo dejar que la lastimen por mi culpa. Si debo salvarla aceptando todo esto, lo haré, sin ninguna duda. Mire a Franco frente a mi, aun con el celular en sus manos, y suspire. No me quedaba otra opción

-Lo haré. 

-Bien, bien -Guardo su celular- Da la vuelta y déjanos en la plaza 

El taxista dio toda la vuelta y todos bajaron excepto Franco, quien antes de abrir la puerta y bajar, volteo de nuevo. 

-Debes entender que lo hago para que Leila tenga alguien que la consuele cuando su estrella favorita la deje para siempre, abandonada, lastimada, y el odio que ella generara por ti, sera mucho peor de lo que piensas. -Abrió la puerta- Que te vaya bien -Dijo y bajo


Erick (Nadie te amara como yo a ti te amo) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora