Vergüenza

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Mire a mi alrededor apresuradamente en busca de algún espectador.

El último mensaje casualmente lo recibí hace 46 segundos e intente localizar a una persona que tenga un móvil en la mano y quizás que resulte sospechoso al menos.

Pero fue inútil. La mayoría de hombres paseando por el parque, haciendo ejercicios, tomados de las manos con chicas, apurados por llegar al trabajo algunos empresarios o asistentes que trabajan las 24 horas y las 7 veces al día tenían su móvil o en sus manos, o en sus orejas.

Estaba completamente perdida, un lunático estaba suelto por las calles de Venecia en mi búsqueda. No. Ya me encontró. Sólo esta al acecho. Seré su víctima. Comencé a desesperarse y comencé a correr con el pulso a mil por hora y la mano en el corazón. Recorrí las estrechas calles con más rapidez sintiéndome acorralada y presa fácil, mis piernas comenzaron a cansarse y disminuir un poco la velocidad.

Mire hacia atrás a ver si era perseguida pero no no había nadie. Las personas habían desaparecido y yo me encontraba totalmente sola. Marque el número 911 sólo por si era necesario apretar el botón de llamar. Llegue a casa y tire la puerta tras de mi recostandome en ella y mirando un punto muerto de la blanca pared de cemento.

Esto no puede estar pasando.

Después de una eternidad en shock pude reaccionar de mi trance. Con intención de seguir camino hacia mi el cuarto de baño al dar otro paso sentí crujir algo debajo de mis zapatos deportivos. Era un trozo de papel.

Lo recojí un poco asustada y segura de no haber dejado nada allí cuando salí a realizar mi rutina de todos los sábados. Era una carta médica.

El paciente número 00079837 se encuentra en perfectos estados según puedo leer, no puedo identificarlo ya que el nombre, apellido, cédula de identidad y dirección fueron recortados perfectamente con un exacto. No. Demonios. Saqué mi teléfono del bolsillo sabiendo que me esperaba..

Lo ves? No soy un psicótico y mucho menos lunático, quizás me falte un tornillo pero, puedo arreglármelas con eso. Espero verle pronto, señorita Jane.

2-

Tengo que acabar con esto de una buena vez por todas.

Guarde lel trozo de papel en una carpeta Manila y la archive en uno de los estantes en mi cuarto de estudio, me dirigí a mi habitación y me fuí quitando prenda por prenda con rapidez, quedando en ropa interior. Dí un salto y me derrumbe en mi cama, necesitaba pensar.

Nuevamente mi móvil vibró en mi estómago. Me sonrojé al percatarme que estaba semi desnuda y tenía a un acosador cerca, me levanté sin ver el mensaje y cerré el gran ventanal de vidrio que estaba justo enfrente de mi cama. Me volví a tumbar boca abajo y abrí el mensaje.

No te mentí cuando dije que te quedaba bien ese pantalón y ahora no te mentiré que sin el te ves exquisita.

2-

Oh dios! Dios!  Dios! Me metí entre la sábanas para dejar de exponer mi blanca piel, sentía mis mejillas explotar, y mi mente tarde o temprano lo iba a hacer. Después de debatir por una hora que debería y que no debería hacer, caí en un profundo y desesperante sueño.

***

12:14

***

1:24.. salté de la cama con decisión. Iría a ese restaurante de nuevo. Y nada iba a impedirlo. Fuí directo al baño y tome una rápida ducha, salí a tropicones del baño y me dirigí hacia la cómoda para ver que decidiría ponerme.

Decidí un vestido de tirantes entubado desde los hombros hasta la cintura cayendo libremente por los alrededores de mis piernas, llegando un poco más arriba de mi rodilla, el toque sencillo y floreado daba perfecto con mi piel haciéndola resaltar. También opté por ropa interior de e cajera verde selva y unas lindas sandalias marrones con una ligera chaqueta del mismo colór para no estar tan descubierta.

Era la primera vez que me tardaba tanto en decidir que ponerme.

Seque energéticamente mi cabello y me maquille levemente. Tome las llaves del coche que había dejado mi padre, no me había percatado por entrar a casa con tanta rapidez y me dirigí a paso lento al restaurante pensando en las tácticas de escape si algo malo llegaba a suceder. Agradezco a mi padre por presionarme en aprender hapkido.

Lamentablemente llegue antes de lo planeado. Eran las dos con quince minutos y no sabía si debería o no debería de entrar. Pero preferiría acabar con esto de una vez. No me gusta sentirme indefensa y no dejaré que un hombre desconocido consiga hacerme sentir de ese modo.

Aparqué el auto cerca del restaurante, y baje cuidadosamente, me encamina hacia el un poco temblorosa y abrí la puerta. No había nadie. Sólo una melena negra y lisa que caía distraidamente, una melena que recordaba muy bien, y que me estaba dando la espalda..

AlgofobiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora