This Song Saved My Life | Andy Biersack

《26》

Subí las escaleras a hacer lo que tenía que hacer, me di una rápida pero buena ducha de la cual no fue fácil salir ya que el agua me relajaba demasiado

Pero lo logré, tome una toalla y la enrede alrededor de mi para que me cubriera. Agradecía profundamente no ser la chica que se tarda horas decidiendo su atuendo, simplemente tomé la ropa que tenía a la mano

Me vestí, tomé la secadora previamente enchufada pasandola con rapidez por mi cabello para que este se secara

Lo cepille un poco, no mucho ya que el toque despeinado me agradaba, me aplique un poco de maquillaje junto con un balsamo hidratante sin sabor ni color para labios y mi reloj de mano

Al observarlo noté que ya Andy probablemente estaría tocando a mi puerta en unos segundos

Bajé las escaleras tomé mi mochila, celular y audífonos para esperar a mi chico en la parte de afuera

Salí cerrando la puerta por detrás mío, en efecto Andy venía caminando hacia mi dirección. Le sonreí mientras me acercaba

Nos dimos un pequeño beso con duración de unos cuantos segundos, al separarnos entrelazamos nuestas manos para caminar directo a la universidad

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—¿Estás seguro? —le pregunté

—Muy seguro —habló con una sonrisa

Entramos aún con nuestras manos unidas. Tarde no se hizo para que miradas estuvieran sobre nosotros, no los culpo, es decir no es normal para todos que una chica como yo llegue de la mano con el que posiblemente era uno de los más deseados por todas las chicas

No estaba acostumbrada a que tantas personas me observaran de esta manera, antes me veian pero con desagrado y horror ahora solo podía percibir envidia... no precisamente de los chicos

Andy al notar mi incomodidad intensifico la fuerza de nuestro agarre dedicandome una mirada de que todo estaría bien

Las clases transcurrieron "normales" si es que se le puede llamar así con toda la maldita atención de tantas miradas de odio e impresión no podía concentrarme

La hora del descanso era una de las pocas que compartía con Andy y a decir verdad enserio lo necesitaba. Por suerte no tardó en aparecer yendo hacia mi dirección

—Creo que no debimos hacerlo en público —confesé cuando se sentó a mi lado

—No le veo nada de malo, ahora eres mi novia no tengo porque esconderte

—Lo se, generalmente nunca me han importado las miradas reprobatorias de todos pero ahora son de un odio más potente y creas o no la presión se hace presente

—Sigue tus consejos mientras nosotros estemos cómodos con nuestra relación ¿qué importa lo que digan los demás?

—Tienes razón debo dejar mi paranoia a un lado