Elizabeth, soy yo...

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Elizabeth

Esa mañana el cielo había amanecido en tonos grisáceos. Era la típica mañana de domingo en invierno, esa mañana parecía que iba a llover, aunque no había ocurrido aún.
Me gustaban aquellos días, en los que te tirabas todo el día viendo películas o simplemente vagueando por toda la casa sin salir. Tenía su parte mala, esos días no podía salir con mis amigos, pero aún así, los aprovechaba para ver todas las series que me había dejado atrás la semana anterior. Ese día no había nadie en mi casa, por lo que yo debía sacar al perro, mañana, tarde y noche... La mañana se me pasó volando y se me olvido por completo sacar a pasear a Toby....No le di importancia, por lo q luego más tarde lo sacaría...

Esa tarde tocaban palomitas para cenar y pizza, ese año estaba muy rara para la comida y siempre comía pizza, hamburguesas o pasta, además no engordaba gracias a mi constitución. De repente el teléfono sono, y pensé en no cogerlo por la comida, pero suponia que era mi madre preocupada sobre lo que hacía en la casa.

—¿Elizabeth Williams?— Pronunció mi nombre a la perfección. Parecía una voz de interlocutor, además era una voz masculina y aquí nunca había llamado nadie más q mi madre, mi tía de Portugal y mi abuela, la cual vive con mi tía.

—Si, soy yo— Respondí con cierta curiosidad. Pero nadie respondía. —¿Hola?—.

—Perdona, no se escucha muy bien.– El chico me respondió con cierta desesperacion, como si estuviese deseando decirme algo. —Llamo desde el hospital, para decirle que la señora Robinson ha tenido un accidente— Respondió con lentitud por consecuencia de la situación. Era imposible que Victoria hubiese tenido un accidente, ella no tenía coche en ese momento, es más, estaba en el taller. La señora Robinson como el había dicho, no tenía coche en ese momento, iba andando a todos sitios... Mi cabeza comenzó a dar vueltas, sentía un pinchazo en el abdomen, por la gravedad del asunto, pero no era capaz de darle esa preocupación que normalmente los hijos tenían por sus padres. Aunque ella me obligaba a llamarla "mama", no era a quien le pertenecía ese nombre. Ese nombre pertenecía a una mujer cuyo nombre era Lucia, la cual me cuido y me crió en su momento y que aunque ya no pudiese estar a su lado, simplemente la seguía adorando. —¿Sigue ahí?— Preguntó con constancia. Por un momento había olvidado que estaba al teléfono.

—Si, perdona... ¿En que hospital se encuentra?— Pregunté a aquel señor con el cual no tenía ninguna confianza.

—En el hospital Browsville— Respondió. Aquel hospital me pillaba a 4 horas de camino, no tenía como ir...—Perdona la molestia señorita, la señora Robinson acaba de despertar, me acaban de comentar que está estable, sin problemas, volverá mañana o pasado, dependiendo de cómo se encuentre ella...— Respondió tranquilo, como con otro tono. Supuse que al principio, simplemente estaba nervioso, ya que no es fácil comentar estas cosas y mucho menos por teléfono...

—Muchas gracias, le esperaré aquí en la casa.— Respondi con seriedad, me sentí un tanto vulnerable ante una situación así... Al principio pensé en la posibilidad de que ella... Ella muriese, y yo me quedase sola... Aunque no sea mi madre le tengo cariño, ha cuidado de mi desde que mi madre, Lucia, murió...

—Está bien, si hay noticias nuevas llamaré— Contestó y colgó. Aún yo seguía asimilando como había pasado... No sabía cómo había ocurrido aquel suceso.

Empezó a sonar el horno, y me acorde.

—Mierda, la pizza— Cuando fui a sacarla, estaba totalmente quemada, era algo incomestible. Decidí no hacerme la cena, ya que debería de ir a comprar comida y no había nada abierto, Asique cogi una galleta de chocolate para saciar el hambre y otra para ir a sacar a Toby y jugar con el.

Fui a coger la cadena del sótano, mientras Toby me seguía al rededor de mis pies, casi sin dejarme espacio para poder dar pasos... Sabía que iba a salir a dar un paseo.

—¡Toby, estate quieto!— Grite muy fuerte, harta de tropezarme y casi caerme. El, se sentó y con la lengua fuera y la cola moviéndose, rascaba de vez en cuando la puerta de salida al parque.

Cuando abrí la puerta, aún no lo había atado y comenzó a correr hacia el parque, pero de repente cambio de dirección y se metió por una calle oscura. En ese instante sentí mi corazón acelerarse, ya no veía a Toby y lo único que se escuchaba en toda la calle era mi respiración agitada junto con el corazón, el cual parecía que se iba a salir de su respectivo sitio. Estuve buscándolo durante toda la noche. Mis piernas no aguantaban más, mi garganta iba a explotar del dolor, por gritar tanto el nombre de Toby. Estaba desesperada, Toby había sido mi compañero desde pequeña y nunca se había separado de mi lado. Comencé a agobiarme, llevaba horas y horas corriendo a través de calles oscuras... Mis ojos comenzaron a aguarse... Saque fuerzas de donde pude para guardarme las lágrimas y poder seguir buscando a Toby, no era el momento para llorar.
De repente lo vi, era una sombra de un perro, pero estaba claro que era el.

—¡Toby!— El perro me miró y se quedó estático. — Ven—.

Toby comenzó a correr, como si estuviese escapando de mi... Y como si fuese magia, un acantilado apareció a mis pies, Toby estaba aullando al lado de un chico...

—¡Elisabeth!—

—¡James!—

—Despierta, soy yo...—

NOTA: ¡¡¡HOLAAAAAA!!! Soy yo, aunque no tenga nombre, para que me reconozcáis, necesito in seudónimo, y me encantaría, que comentaseis un buen SEUDONIMOOOO.
Cambiando de tema... El primer capítulo, casi siempre es el más difícil, al menos para mi, ¡me resulta demasiado difícil comenzar una historia! Llevo borrando este capítulo y reescribiéndolo de nuevo un mes entero, hasta que empecé con el segundo capitulo, el tercero, etc...
Espero que el esfuerzo haya valido la pena, y os GUSTE MUCHOOOOO...

Secretos olvidadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora