Es hora de la derrota?

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No sé cuanto pueda aguantar esto, pues cada que te veo mi alma sale de  este cuerpo agrio, cada que siento tu olor, mis latidos se encienden a tan acelerado ritmo, que pareciera que fuera o morir. Cada que te siento, mi piel se siente más inútil de lo normal, pierde sus ganas de sentir por si misma, necesita de cada parte de ti. Me doy por vencido, al igual que un soldado en medio de la guerra y un disparo en su pecho, de la misma manera en que un suicida deja la vida; me has derrotado como si esta hubiera sido una historia de horror más, me siento derrotado, como el sol buscando salir en medio de la oscura noche sin poner la luna de un color distinto, como intentar poner palabras de aliento en alguien que no busca ser amado. Derrotado cuando intento buscar calor en la nieve, tan perdido en la derrota de ser quien podría amarte. Mas no te fijas en mi, y esa es mi derrota, la derrota consumida por los celos de no poder amarte como quisiera, la derrota de no besar tus labios, la derrota de solo verte como una amiga; ¿por qué habría dejar que me consuma la derrota, o bien, la tristeza? Dirás que repito mucho la palabra "derrota" mas simplemente porque no eres mía, y ya no hay una razón para tenerte conmigo, ya no tiene sentido alguno verme consumido  en que podría tenerte mi mujer, como lo que mas deseo.

Eres mi derrota, me has vencido el alma, los besos, los abrazos, las caricias, las sonrisas, has derrotado mi esencia como la mujer más fuerte jamás. ¿Sabes? Hay algo que tengo tan claro, casi hasta como llegué a este mundo, jamás te darás cuenta de lo que yo siento por ti, a pesar de que haga el mayor esfuerzo por conservar este amor, esa es mi mayor derrota, lo que no podría ofrecerte.

Disculpa querida "amada" por siempre en esta carta nombrar mi derrota, pero no encuentro más palabras para describir lo que ahora mis lágrimas derraman, lo que mis mayores recuerdos mantienen, lo que mis manos describen, no sé como llamar de otra forma esto que pasa en mi mente, mas que sea una derrota....

Siempre tuyo y con dolor que no seas mía. Damian.

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