Memorias De Un Hijo Pródigo.

La noche.

He contaminado mi ser,he dejado mi pureza atrás y la inocencia se apartó de mí por la perversidad de mis acciones. Lógico .
He caminado y he caído. Cometí errores,errores necesarios. No busco justificación,no hay perdón para mi, no hay nada ,no soy nadie. ¡Oh tiempo! ¿Por qué me has olvidado?
Solo soy un mendigo que divaga en su mente y en la miseria de ella. No tengo nada.
Mi mente me reclama y mi cuerpo me exige reposo,¿debería atender sus peticiones?
No hay quien llame,no hay quien socorre. No hay respuesta al llamado
Una vida ,la muerte,el destino. Memorias, recuerdos,todo ello en mi cabeza .
¿Cuándo hablará mi boca y no mi mente? ¿Cuándo mi corazón abrirá sus puertas para que me refugie de este frío? Me he abandonado y traicionado a mi mismo . ¿En quién debo creer ? ¿En quién estará mi confianza?

Oh la luna, ¿a dónde ha ido? Me ha abandonado y ¿ por qué no ? Merezco ser abandonado también, esa es mi recompensa.
Una noche,la lluvia . Me quemo. El fuego consume mis pulmones,¿ Por qué ? Yo mismo me ahogo en en lo que llaman deleite y mi ser actúa conforme a sus pecados.
La lluvia ,el viento, la noche fría sin la luna.
El viento,el olor a café caliente. Sufre mi mente y mi cuerpo llora a gemidos. ¿Merece sufrir por mi causa? No hago caso al llamado ni al Consejo. ¿Aún hay tiempo para mi ?
No sea que sea tarde cuando llegue a mi el día del juicio.
¿ Qué digo? El tiempo es largo y la vida corta.
No hay necesidad, hay dolor ,no hay satisfacción ni deleite .
¿Que hago? Camino sin rumbo fijo y sin ver, hacia un destino que desconozco. ¿Sera este el fin de mi travesía ? ¿Una historia más ?
Una memoria,el fin de una vida , el tiempo se aproxima cada vez más a mi.
La vida termina el tiempo ha vuelto su mirada y fijado su objetivo. El alba se aproxima. La noche muere.

Conozco mi condición pero soy incapaz de actúar contra mi mismo. Pensé que controlaba la situación y ahora soy controlado. Vine a ser uno más de los que caminan en el valle de la soledad y sus plantas andan en el fuego del infierno. No me puedo quejar, solo puedo lamentar y gritar mientras estoy encerrado en la oscuridad, búrlese aquel cuya voluntad es un árbol bien plantado y no como la hierba que fácil se arranca y se seca, así como ahora me he secado, así como vago en el desierto sin propósito y me ahogo en las lágrimas que no he derramado y que inundan mi interior, pero, ¡ay, las lágrimas son como el agua del mar! Ambas saladas, y éstas al sediento brindan ilusión y esperanza, cuando en realidad te seca pues la sed no es saciada, si no que te deshidratan. El ingenuo bebé pensando que su sed es grande más no sabe que se seca a si mismo como ingenuamente hice yo un tiempo atrás.