Tener un amigo/a imaginario se considera malo, loco o incluso repulsivo. Mucho niños/as tienden a idealizar a una persona capáz de comprenderlo, de ayudarlo y de disfrutar con él/ella, esto lo hacen cuando no se sienten seguros, cuando se sienten solos o afligidos.
No trates a un niño/a como loco solo por necesitar tener un amigo/a imaginario.