Hacía mucho calor, mucho más del que había habido en milenios, la temperatura era de 62.5ºC según el informe de radio de esa mañana.
En otros tiempos esa temperatura no habría sido normal, pero ahora lo era, era el año 2673 y muchas cosas habían cambiado desde que hace solo siete años todo hubiera sido destruido. Como ya había sido predicho los recursos comenzaron a escasear cada vez más debido al abuso del hombre y las guerras por recursos entre naciones que añoraban ser las sobrevivientes casi terminaron por acabar con todos los recursos y también con las personas.
La población mundial conocida en ese momento era de menos de un millón y en descenso ya que los que no eran capases de encontrar su propio sustento estaban destinados a morir, y al mismo tiempo hace mucho que la población había dejado de ser fértil por los químicos en la comida, el agua e incluso el aire. Todo había sido corrompido.
“Compañeros sobrevivientes informamos que seguimos sin avistamientos de lluvias y que las temperaturas siguen en aumento por lo que les aconsejamos resguardarse en lugares frescos o bajo tierra… registradas trece muertes, ningún nacimiento”
Apagué la radio, solo era cuestión de tiempo para que ya no hubiera ninguna muerte que anunciar ni nadie que la anuncie.
La cueva bajo tierra en la que vivía con mi hermano menor Timothy era pequeña, pero la temperatura dentro estaría entre 52 a 54 grados, una temperatura reconfortante cuando estás acostumbrado a temperaturas que superan los 60ºC.
Timothy tenía diez años y yo estaba por cumplir los dieciocho y a pesar de todo lo que sucedía para nosotros teníamos lo necesario para vivir: la cueva, esperanza y al otro.
Salíamos en busca de comida y todo lo necesario para vivir todos los días, era la forma en la que habíamos sobrevivido hasta ahora.
Escuché a Tim entrar en la cueva, esa mañana había salido a buscar agua a un riachuelo a más de dos kilómetros de la cueva, era extraño que hubiera vuelto tan pronto.
-¡Siena! ¡Siena!, he visto algo moverse en la arena a medio kilómetro de aquí, parecía un humano.
Moví la cabeza hacia mi hermano y me levanté apurada.
-¡Vamos Timothy, probablemente está inconsciente!, se morirá de insolación sino lo sacamos de ahí –grité amarrándome la cabeza con un trozo de tela para soportar el sol.
Era un paisaje desolador ahí fuera.
Lo que una vez había sido la hermosa ciudad de México ahora se veía reducido a escombros… y arena, México era un desierto, igual que Estados unidos, Perú, Rusia, China, Japón y cualquier otro lugar que se te venga a la cabeza, el mundo era un desierto con una atmósfera incapaz de crear lluvia.
Él estaba tras una duna de arena, solo llevaba una camiseta y unos pantalones rotos, su piel que debía haber sido blanca estaba totalmente roja y respiraba con dificultad, parecía de mi edad, tal vez un poco mayor.
-Timothy, debemos llevarlo a la cueva.
Arrastramos al chico hasta la cueva con dificultad y lo dejamos sobre la sábana en la que Timothy y yo dormíamos.
-Siena, ¿estará bien?
Acaricié la cabeza de Timothy con cuidado.
-Por supuesto, apenas se quemó un poquito –mentí –ya verás cómo ya mismo despierta.
Observé al chico, era tan hermoso que parecía irreal, el cabello de un tono castaño oscuro le llegaba apenas unos centímetros por debajo de las orejas, no podía ver el color de sus ojos pero el enrojecimiento ya había desaparecido por completo de su cuerpo. Fruncí el ceño, ¿Cómo era eso posible? Las personas normalmente tardaban varios días para recuperarse de una insolación tan fuerte.
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Un amor durante el final
Fiksi PenggemarHistoria para el desafío Famosos Mitológicos. Estamos en el año 2673, el mundo está en ruinas, y la población mundial vigente es de menos de un millón. No quedan recursos, estos se han acabado al igual que la esperanza, es el final... ¿o no? Fan fic...