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Minho, hombre que heredó los negocios familiares de los Choi. Una suma bastante grande en el banco, tres empresas de las cuales él era el socio mayoritario, una cadena de hoteles y la mansión Choi. Respetado y admirado por muchos, tenía junto a él como sus socios a Kim Kibum y Kim Jonghyun, compañeros de universidad y amigos entrañables.

Por otro lado estaba Lee Taemin, uno de los mejores novelistas de suspenso y terror. Sus libros eran Best Seller. Admirado y querido por todos. El no tenía el mucho dinero, solo lo esencial para vivir junto con su amigo Lee Jinki, amigos de la universidad. Las ganancias de sus libros iban directamente a la beneficencia. Jamás desde que termino la universidad, volvió a escribir novelas románticas o poemas de amor. Tan solo personas muy cercanas a él sabían el porqué de aquel cambio tan drástico en su vida. Sin pareja formal por el momento, tan solo se dedicó a satisfacer sus bajas pasiones y llenar un poco aquel vacío que sentía en su pecho; ese vació que jamás se llenó desde aquella noche en la playa.

Minho si tenía pareja, una chica que era su prometida debido a la sociedad con una de las empresas de más renombre. Si se casaba con ella, medio Corea estaría a sus pies. El moreno no volvió a escribir, tampoco pregunto por Taemin, aun teniendo a Key con él.

Ambos necios y orgullosos, no volvieron a hablar jamás, dar una explicación o simplemente terminar como se debía. Habían dado por hecho que entre ellos no funcionaría si en la primera oportunidad y frente a sus narices, se dejaban besar por otra persona.

Key sabía perfectamente que Taemin no había olvidado a Minho y el moreno tampoco al rubio. Pero no quiso meterse, hasta que vio como la vida de ambos, a pesar de tener éxito laboral, era un desastre. Acostándose con el/la primero que les sonriera, dejándose manipular y a veces hasta dejando que los hirieran tanto física como emocionalmente.

-Por favor Minho, ¿realmente la amas?

-No empieces Key

-No, yo no soy el que empiezo. Tú eres un maldito inconsciente. Vas a arruinar la vida de una niña que no amas, tan solo por el poder que se te otorga al casarte con ella.

-Pero es necesario que me case con ella

-Me estás dando la razón, no la amas. Que más te da tener una empresa más o no. Tienes suficiente dinero para pudrirte en él. Qué necesidad de lastimarla y en especial a ti.

-Yo la quiero Key

-A la mierda con eso, maldita rana estúpida. Tu no amas a nadie, tan solo lo haces por joder a cierto rubio

-No se te ocurra nombrarlo Kibum- Minho estaba lo suficientemente enojado para tomar de la camisa blanca a Key, elevarlo del piso y empotrarlo en el muro, bufando cerca de su rostro. Key simplemente sonrió de lado- ¿de qué te ríes, cabrón?

Key no contesto, tan solo borro aquella sonrisa al ver el rostro entristecido de su amigo. Varios años tuvieron que pasar, para que Minho dejara de llorar cuando se nombraba a Taemin. Key trato de explicar lo que sucedió, pero Minho nunca lo escucho, hasta dos años terminada la carrera, cuando Minho heredo los negocios familiares. La fiesta de festejo fue desastrosa, dejando a un Jonghyun dormido en el jardín, Minho y Key sentados en el baño a causa del vomito de Minho. Saliendo las verdades con el alcohol encima.

- Sabes Minho, a veces me pregunto porque tú y Taemin no regresaron

-Porque tu primo me engaño delante de mis ojos

-Sabes que eso no fue lo que paso

-Y tú qué sabes, tú estabas besuqueándote con el perro en ese momento

Marea altaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora