Capítulo 5

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Pasaron 3 años de noviazgo y ya saben, las preguntas de los vecinos de los amigos y de algunos familiares...qué dice tu novio?, ...alguna novedad?,...yo solo sonreía pues Emilio y yo nunca tratábamos ese tema, empezaban a casarse las amigas y conocidas y más se escuchaban las preguntas incómodas, Emilio estaba aún estudiando, no podía terminar su carrera y no nos era posible hacer planes. En todo ese tiempo era imposible regresar a México de visita y ni siquiera a la peregrinación. En nuestras cartas demostrábamos nuestro estado de ánimo, de esa manera nos disgustábamos, nos reconciliábamos, nos enterábamos de nuestras familias, de acontecimientos tristes y alegres, de amigos y amigas, a las fiestas que asistíamos (en mi caso cuando iba a alguna fiesta, siempre era con chaperona , mi mamá o alguna tía), Emilio me contaba de sus salidas de día de campo con su familia, con sus vecinos o amigos y amigas de trabajo, me comentaba de sus esfuerzos que hacía para salir de la Universidad, porque no fue nada fácil para él. Era muy triste estar separados y no poder vivir nuestro noviazgo juntos y apoyarnos, poder conocernos y disfrutar todo lo que nos platicábamos...estábamos separados...fue muy triste.
Pasó el tiempo y en el cuarto año, Emilio me dijo que él había hablado con sus papás para decirles que quería que en el próximo viaje de familia ( en Semana Santa ) se conocieran con mis papás, porque quería formalizar nuestra relación de noviazgo...imagínense el gusto que me dio, gusto que maneje con mucha discreción y de una forma moderada, hablé con mis papás, estaban tranquilos y sin una muestra de gusto aceptaron, ( claro...no tocaban castañuelas ), yo en todo ese tiempo estaba muy feliz, contenta y esperando la llegada de los señores Segura a mi casa. Se llegó la fecha y en la reunión los papás se trataron bien, haciendo alusión a los parentescos, a los lugares comunes de las familias, a mí tía Laura y a mi; Don Nicolás era una persona muy agradable y de una plática muy grata, la reunión la condujo él, haciendo un ambiente muy cordial, en especial con mi papá que era un señor muy serio , sobre todo tratándose de ese tema, como los señores Segura y yo ya nos conocíamos , nos dio mucho gusto volver a vernos, creo que todos pusimos lo mejor de cada uno y quedaron muy complacidos de conocerse; como no era una reunión formal, yo les había preparado un refrigerio "melón frío al Oporto" (típico de la región por el clima caluroso), los señores y Emilio se despidieron, y yo me quedé sintiéndome otra, porque había habido una aceptación de las familias y si no pasaba otra cosa ...podríamos pensar en boda.

Pasaron los meses, siempre contándonos lo que hacíamos , él me platicaba de sus amistades, de sus salidas al campo, de su trabajo, de la Universidad, de sus hermanos ( que ahora eran los primeros cuatro, más cinco que se habían integrado a la familia ), en fin me comentaba de toda su vida, era muy triste para los dos, solo saber lo que hacíamos , lo que nos pasaba, separados el uno del otro. En el diciembre siguiente en la visita de Emilio, estábamos platicando en un pequeño parquecito en Tampico ( en la Av. Hidalgo ) y él me preguntó que qué pensaba yo sobre nuestra relación, que yo nunca había tocado el tema de matrimonio, yo le contesté que sabía que él estaba estudiando y sabía que tenía que terminar su carrera, que sería algo de mal gusto estar hablando de eso, que y sabía que ese tema él me lo debía mencionar, si era lo que él quería... Me dio mucho gusto y me sentí la novia más feliz del mundo, cuando me pidió matrimonio, si yo aceptaba. Fijamos la fecha para la petición de mano, solo esperaba recibirse primero (obtener su título profesional), lo que les había prometido a sus papás. Nos despedimos y fue de esas despedidas que parecen encuentros, porque nos sentimos más unidos y felices, estábamos entrando a algo que parecía inalcanzable.

Después de hablar con mis papás fijamos la fecha de "la petición", para la siguiente Semana Santa, que fue en marzo de 1966. Llegó la fecha y yo me preparé con todo; mis papás estaban "raros" y digo raros porque mi mamá a pesar de sentir gusto, alegría, la sentía media triste, algo tenía, y mi papá más serio, de menos palabras, pero no molesto. Llegó el día de la petición y esta se desarrolló más protocolariamente y con menos alegría que la reunión anterior, la de la presentación , fue como a las 7:00 p.m., la casa estaba preparada con algunas flores y detalles que yo había preparado con anticipación, de cena dimos "jaibas rellenas" que yo preparé. Don Nicolás hizo la petición de matrimonio, mis papás aceptaron y fijamos la fecha de boda para ese año en el mes de septiembre; fecha que se fue definiendo en las semanas siguientes y se fijó para el 17 de septiembre.

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