El hombre de mis sueños me tira por la ventana

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Es difícil ser mortal y realizar hechizos asgardianos. De hecho, ningún midgardiano debería ser capaz de hacerlo pero Niebla Tor desmitificó lo que nunca debería haber sido desmitificado.

"Y un buen desmitificador será..."

Cuando digo Niebla Tor, me refiero a mí misma. Es más divertido agregar un toque de misterio a la historia. Pero, en realidad, no sé contar historias. Sólo sé que mi vida es un caos y que posiblemente en donde estoy no hay lugares para VISA.

¿Cuántas veces me dijeron que no tenía que jugar con la brujería? Ninguna. No creo tener registrado en mi memoria que me retaran por hacer magia negra o algo por el estilo. De hecho, lo único que hacía cuando estaba en primaria era leer y jugar con mis muñecas. Como dije antes, pasé por etapas completamente diferentes una de la otra. Mis transformaciones siempre fueron radicales. Ahora, lo único que leo son reportes y pages de Big Data o cosas por el estilo para mantenerme al tanto de los avances tecnológicos más que nada por mi trabajo que por otra cosa.

Claro que a mis padres nunca se les habría ocurrido prevenirme en cuando a aparecer sin invitación en lugares que no conocía. El desierto en donde estábamos no era para nada agradable.

Recordé los eventos pasados, como cuando observé cómo la cárcel en donde estaba se desintegrada y me di cuenta que había hecho algo mal. Si Loki suponía que al tirarse arriba de mí moriría mucho más rápido, era su problema. Pero lo que sucedió fue sorprendentemente interesante.

Desaparecimos.

Sí, desaparecimos, pero a otro planeta.

Pero no "desaparecimos" en el sentido literal, sino que "aparecimos" mágicamente en un lugar completamente desconocido tanto como para mí como para mi amigo el dios amante de insultar a las personas.

-¡Qué rayos te pasa! ¡Estás loca mujer!-dijo apenas nos incorporamos del suelo. Yo estaba sentada en una de las piedras mientras que Loki caminaba de un lugar a otro en busca de no sé qué.

-Wow, de simple mortal pasamos a mujer loca. Interesante, ¿no?

-NO, PARA NADA -gritó al horizonte. El eco de su voz retumbó en el paisaje.

Uy, alguien estaba molesto.

El desierto en donde estábamos tenía unas características particulares. En primer lugar, literalmente era un desierto salvo por los agujeros gigantes en los suelos. Era como si varios meteoritos hubieran chocado una y otra vez en el suelo y crearan túneles inmensos que te llevaban al centro de la tierra. En segundo lugar, la tierra no era marrón, como un midgardiano común y corriente esperaría. No, la tierra era violeta, las piedras eran violetas, el horizonte era violeta. No soy fan de las novelas pero creo que en su momento había en la televisión una internacional con el nombre de "Violeta", pero eso es otra cosa. En tercer y último lugar, podíamos ver un planeta, o la luna del planeta en donde estábamos. La cercanía de los dos cuerpos me daba miedo porque podrían colisionar en cualquier momento.

Así que estábamos atrapados en un paisaje de Windows. Todo era herméticamente armonioso, salvo la presencia de Loki, por supuesto.

El dios tomó una piedra violeta y la arrojó al más allá. Estaba muy enojado, tal vez porque habíamos estallado en su mundo y no el mío. Causaba gracia el hecho de que después de tantos estragos, el dios del engaño se enojara por una pequeñez como casi estallar en su cara, ¿no? De seguro le habrá pasado con todas las rehenes que secuestró en su diosada vida (nótese el sarcasmo).

-¡Estás loca! ¡Loca, loca, loca! ¿Quién te mandó a leer ESO!

Caminó decididamente hacia mí y clavó su mirada en la mía. No me gustaba para nada que me insultaran de esa forma, pero tenía su punto.

Loki, a tus serviciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora