Era hora

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Tuve la oportunidad de conocer a los otros compañeros de Thor. Fandral era un personaje simpático, Hogun no hablaba mucho y Sif...bueno, era muy buena en lo que hacía. Todos ellos detestaban a Loki con el alma y entendía muy bien por qué.

Faltaba un día para que Thor regresara a su querido hogar con Jane Foster. En nueve días se casarían y el mundo asgardiano no podía estar más emocionado. Sin embargo, también se había revolucionado porque había aparecido la hija y la nieta de la diosa de la belleza, Freyja.

En mi opinión, era un insulto, porque no me consideraba para nada una reina de la belleza. Es más, tenía unos cuantos rollos que delataban mi oposición a la estética. Pero eso a Freyja no parecía importarle. Cuando le conté sobre mis problemas con el peso, ella me contó una historia muy "graciosa" de cómo ella tuvo unos cuantos hijos.

Genial.

Algunos dioses me tenían "respeto", lo que en realidad es un sinónimo de "Es la chica de Loki, no se acerquen". Sí, Loki se dedicó a advertir a todos los dioses sobre mi relación con él, que en realidad no éramos nada porque nunca lo habíamos oficializado porque nunca NUNCA habíamos hablado sobre eso. Sin embargo, repetidas veces, diosas como Sigyn me preguntaban cuándo iba a ser la boda, a lo que yo respondía que éramos solo amigos.

Unos amigos que se querían mucho.

Bueno, por lo menos de mi parte.

Loki era un tipo celoso, pero sabía manejarlo. Después de unas cuantas discusiones se dio cuenta que no podía controlarme como lo había hecho con sus antiguas "novias" y que no me iba a dejar manejar. Las relaciones se basaban en confianza y Loki tenía que incorporar esa palabra a su vocabulario.

En fin, éramos pero no éramos a la misma vez.

Aunque para todo el mundo, Loki era mi pareja y yo era una temible seidrkona con ganas de asesinar a las personas si no practicaba unas cuantas horas la magia seidr. Era algo peligroso, sin duda. Porque el seidr me absorbía cada vez más e inconscientemente me ponía de mal humor si no practicaba un hechizo o algo por el estilo. Loki podía ayudarme a veces, pero la mayoría del tiempo era un peligro para la sociedad.

Una vez, él me dijo que era una bomba de tiempo, pronta a estallar.

Ese mismo día, Loki fue al hospital por un hechizo mal practicado de mi parte.

Me sentí mal.

Era como si comenzara a poseerme, y no me gustaba para nada, pero Odín dijo que algún día, cuando me absorbiera todo, ahí recién podría manejar la magia seidr.

Algún día.

-¡Niebla!-alguien exclamó a lo lejos y me levanté del escalón de la sala del trono. 

Todas las mañanas tenía que sentarme con Odín brillando detrás de mí. Era una ceremonia del saludo al sol, o simplemente Odín disfrutaba tenerme como mascota para mostrarle a los otros dioses que él tenía una hechicera y ellos no.

Observé a una mujer de unos cuarenta años con un suéter celeste y unos pantalones color caqui. Su cabello estaba plagado de canas y sus ojos en mis ojos me hicieron dar cuenta de que Loki había cumplido con su palabra.

Había traído a mi madre a casa.

Corrí hacia ella y nos abrazamos. Comencé a llorar y me di cuenta que ella también. Era hermoso verla de nuevo. Finalmente estaba con alguien "normal", de mi mundo, de mi anterior vida.

-Mamá.

Ella sostuvo mi cara entre sus manos, definitivamente lloraba. Continuamente depositaba besos en mi frente. Cómo extrañaba a mi madre. A lo lejos, distinguí la figura de Loki, después me encargaría de dejarle en claro lo agradecida que estaba.

Loki, a tus serviciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora