La nueva reina

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—Amo...

Entró un hombre a mi habitación mientras acomodaba mi cabello castaño. Miré al espejo y suspiré tratando de ocultar mis nervios. Un rey oculta cualquier seña de debilidad. Miré al hombre de reojo esperando alguna palabra.

—Dime, Niel. –pregunté al notar que él no hablaría hasta tener mi autorización–.

—Solo quería saber si estaba listo, amo.

—Para ti Soy Zaá, eres mi familia; la única que tengo ahora.

—Am...Zaá, todos están esperando que bajé a la celebración.

Se acercó Niel para acomodar el cuello de mi camisa color negro.
Niel ha sido un sirviente de mi familia por generaciones. El abuelo de mi abuelo lo rescató antes de que fuera devorado por Gincrish —Vampiros rebeldes, en contra de todo y todos— era solamente un humano que ese día habían convertido en vampiro.

—Estoy listo. –Sonreí hechando un vistazo al espejo–. Quisiera que ellos estuvieran aquí.

—Sus padres están orgullosos de usted.

Sonreí ante aquellas palabras y asentí para mí mismo. Vestía un traje que habían mandado a diseñar especialmente para esta ocasión. Era negro con estampados color rosa por todo el saco y el pantalón, hacían que el azul de mis ojos resaltará aún más. No me importaba tanto el traje no soy fan de la moda, pero debo admitir que tampoco me importaba la celebración.

Hoy cumplía 19 años y esta era mi fiesta pero no era solo eso...hoy tendría que elegir a una mujer para poder hacerla mi esposa y buscar tener un hijo varón con ella. Algo ridículo pero no podía hacer nada con una tradición de familia para que nuestro apellido siga como lo ha estado por siglos.

Bajé por las escaleras a pasos nada apresurados, sonriendo levemente mientras veía a los invitados mirándome con amplias sonrisas. Todos vestían tan elegantes.
El area de celebraciones del castillo estaba especialmente diseñada para que cualquier especie pudiese entrar en esta, aunque en la actualidad la mayoría puede transformarse para hacerse pasar por humanos comunes había otros que no tenían esa habilidad desarrollada.

Caminé hasta el trono acompañado por Niel y Alexis uno de los encargados de la seguridad del castillo.

— Tomen asiento por favor. –Habló Niel hacía el público, el cual tomaba su lugar en las mesas que estaban pegadas a la pared; las sirenas y aquellas especies que necesitaban agua igual estaban en un tipo de piscina, sin embargo algunos de ellos podían trasformarse y estar sin agua por largos períodos de tiempo.

—Hoy se celebra una fecha importante... hace 19 años nació nuestro rey –Volteo al trono donde estaba sentado mientras yo miraba al frente con seriedad–. Nuestro joven rey con valor a defendido a todos los Grikeens nos ha educado, hemos aprendido y evolucionado tanto gracias a él. Sin olvidarnos que hemos seguido unidos a pesar de que algunos siglos atrás fuimos enemigos. También tomemos este espacio para recordar al rey y la reina Manlí y Elizz Blakscar, así como aquellos que han llevado este apellido en alto. ¡Felicidades al rey!

FELICIDADES AL REY –Los invitados gritaron alzando su copa. Me puse de pie con la copa en mi mano–.

—Gracias por acompañarme en esta celebración que es creada para ustedes. –Levanté mi copa para dar inicio, me senté en el trono mientras la mayoría se reunía en el centro de aquel enorme salón para bailar, otros más comían, reían. Yo solo bebía aquel vino.

Pasó una hora, tal vez, cuando Niel hizo que todos fueran a su lugar de nuevo.

—Es hora de que el Rey elija a nuestra ¡NUEVA REYNA!

Mire al público ocultando aquel nerviosismo y asentí sin ninguna expresión en mi rostro. Me puse de pie de nuevo mientras miraba a todos lados tratando de encontrar a mi futura esposa. Alguna vez leí un libro creado por humanos. Era sobre una chica y un chico que se enamoraron después de ser amigos, pero en mi mundo yo tenía que elegir a mi esposa de solo mirar a invitados. Caminé pasando lentamente por aquellas mesas mirando con atención las jóvenes invitadas. No importaba la especie solo que pudiéramos tener hijos, algo muy egoísta para solo un apellido.
Sentía las miradas que me seguían con curiosidad, podía oír a todos murmurando.

Puse mis ojos en una chica la cual me sonreía en grande pero antes que pudiera hablar las puertas del castillo se abrieron. Con confusión observé a dos de mis guardias entrando con alguien que le habían cubierto el rostro, trajeron a ese alguien hasta mi mientras de forcejeaba tratando de liberarse. Los invitados se sorprendieron un poco y cómo no.

Su majestad –Hablaron los guardias. Los guardias eran un híbrido de vampiro y troll, eran grandes y fuertes, como también leales–. Ella estaba tratando de atacar el castillo...

—¿Ella?

Quité lo que cubría su rostro, ella seguía forcejeando ante el apretado agarre de los guardias. Sus ojos eran verdes, sus labios cubiertos de su labial color vino tinto pero aún más oscuro, su castaño y no tan largo cabello caía por su rostro. Era muy hermosa, y podía ver su furia en todas sus expresiones.

—Sueltenla

ordené . Dudosos la soltaron. Quité la cinta que la joven tenía en la boca al hacerlo la joven escupió directamente a mi ojo. Los guardias enojados intentaron tomarla de nuevo pero se los prohibí. Limpié mi ojo con mi mano.

—Así que esta es tu manera de decir hola. ¿Quién eres y a que especie perteneces?

—Me llamo Andrik Russeé, híbrido de Vampiro y humano.  –Todos al escuchar que era un híbrido de humano y vampiro empezaron a murmurar sorprendidos. Hace mucho habíamos dejado de relacionarnos con humanos creyendo que los híbridos entre esas dos especies habían desaparecido–. Y yo no quería atacar al castillo, yo huía de estas cosas que tiene como guardias. Querían asesinarme por ser mitad humano, dijeron que usted me cortaría la cabeza.

Sin poder evitar reí con fuerza.

—A todos los que hoy se encuentran aquí –Empecé a hablar fuerte–. Quiero presentarles a todos a su nueva reina, Andrik Russeé.

Todos se sorprendieron aún más, incluso yo al haber tomado esa decisión. Pero sin duda en ella había algo, me lo decía su mirada. Tomé su mano y miré su rostro lleno de confusión y aquella furia transformada en timidez que trataba de ocultar inútilmente.

—Entre tantas chicas y me eliges a mi. –Murmuró solo para ambos–. Además creo que a nadie le gustó esto.

—Yo soy el rey Andrik. Yo mando.

—Solo eres un niño y para que sepas, no eres mi tipo.

La miré fuertemente y jale su mano para ambos caminar al centro del salón y bailar el tradicional baile.  Tomé su cintura con una de mis manos, ella definitivamente no estaba vestida para la ocasión. Su cabello tenía hojas secas enredadas en este, llevaba un par de botas que claramente fueron hechas por humanos, al igual que su vestimenta. Unos jeans azules que estaban rotos de las rodillas, un camisa muy pequeña que no cubría su ombligo.
La pegué más a mi para bailar aquella pieza de música y sorprendentemente ella accedió a bailar; aunque no le quedaba otra opción.

Podía sentir las miradas de los demás sabía que no les había gustado que su futura reina sea mitad humano, y quizás no fue la mejor decisión. Los humanos no son del todo bien aceptados para nosotros, quizás nada.

Cuando la celebración había terminado despedí a la mayoría de invitados, terminé muy cansado y solo quería tomar un baño caliente. Pero ahora estaba Andrik que estaba comiendo más bien devorando las sobras de algunos platos, así que decidí solo irme a mi habitación y dejar que Niel le mostrará la habitación en la que ella dormiría. Por la mañana hablaría con ella.

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