Me gustabas incluso antes de que te dieras cuenta.
Cuando me cansé de bailar con tus palabras, encontraste la manera de seguirme moviendo entre tus manos. Cada vez que "debíamos hablar" dolía. Cada paso que daba necesitaba tu apoyo y cada palabra que me lanzabas necesitaba respuesta.
Nunca me rebajé tanto con nadie, como lo hice contigo. Y esa es otra razón del porque no funcionó.