Capítulo 1

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Dos horas llevo en esta estúpida reunión de nuevo año en ENNA un viernes, llevo trabajando aquí tres años y justo hoy, el día más estresante de mi existencia mi jefe hace una reunión de nuevo año. Gregory está mirándome, nunca me quita los ojos de encima cuando estamos en reunión, es una señal de que está aburrido. Lo miro. Cabello mono, ojos cafés, ropa elegante, lo usual. Mueve sus labios formando la frase “Quiero irme a casa ahora” no dudo en responderle “Yo también”. Curva sus labios en una sonrisa de burla, ¿de mí? No, de los dos.

—Señores, y con esta información de nuestros nuevos proyectos para este año hemos llegado al fin de nuestra reunión, ¿alguien tiene preguntas? — Preguntó el Sr. Stolberg. Nadie contestó. — ¿y bien? ¿Nadie? Está bien, pueden irse.

Todos nos paramos de la mesa de la sala de reuniones, Gregory corrió hacia mí y se fue conmigo hasta mi oficina.

—Bueno Srta. Williams, ¿harás algo hoy?  —Dijo, sonando algo oh-si-te-estoy-invitando-a-salir.

—Lo usual Sr. Harris, iré a ver a Elena, creo que iremos a algún bar o algo así, no me dijo bien lo que haríamos —. Dije, ignorando su petición.

— ¿las acompaño? Me haría bien ver a Elena aunque sea una vez al año.

—Si quieres ver a Elena, llámala, sabes que ella nunca te negaría una invitación a salir, está extremadamente loca por ti aunque se vean una vez al año —. Lo miré y le lancé una sonrisa cálida.

—Oh por Dios, déjame aunque sea llevarte a casa, ¿sí? —Me gustaba el Gregory Rogador, se veía bien con las manos unidas en forma de plegaria. Asentí hacia él. —Bien, vamos, mi auto está afuera.

Gregory era el tipo de chico con carros totalmente exagerados tanto en dinero como en diseño, pero realmente me gustaba su Audi R8. No había problema en dejar mi Audi A3 en ENNA, sé que si le pido a Gregory que me recoja en la mañana lo hará sin ninguna duda.

Caminamos juntos hacia la salida de ENNA, donde el Audi R8 de Gregory nos estaba esperando.

Gregory abrió la puerta del copiloto para mí. Entré. Cerró la puerta y paseó su trasero coqueto hacia el asiento del conductor. Entró y cerró la puerta a su paso. Encendió el auto y nos metió en el tráfico de Vancouver.

Es una tarde cálida en Vancouver, el tráfico de siempre, Gregory sonriendo, muy normal.

—Carrie, me sorprendes. Estás muy callada hoy —. Dijo en el momento en que paramos en uno de los semáforos de La Calle Robson — ¿Algo nuevo qué decir?

—La verdad, nada nuevo Gregory, solo quiero llegar a casa y quitarme estos malditos zapatos que acabarán con mis pies. —Llevaba unos zapatos de tacón negros de 12 centímetros.

—Te quedan lindos de hecho. —Me miró a los ojos y luego sonrió abiertamente.

—Cállate y conduce Sr. Harris.

El semáforo cambió a Verde y Gregory aceleró. Ocho calles más adelante giró hacia mi apartamento. Él bajó y corrió a abrirme la puerta. Bajé. Elena abrió la puerta antes de que pudiera llamar.

—Carrie, ¿Dónde dejaste tu coche? —Dijo Elena. Me miró por 2 segundos y luego su mirada se dirigió hacia Gregory.

—Lo dejé en ENNA, no tenía ganas de conducir y Gregory se ofreció a traerme.

—Ya veo. Hola Gregory. —Dijo Elena dirigiéndose hacia Gregory. Él asintió hacia ella y extendió sus brazos pidiendo un abrazo. Ella se lanzó hacia él y lo abrazó con fuerza. Antes de que pudiera parpadear ya estaban labio con labio. Gregory es un jodido animal, hace diez minutos estaba coqueteando conmigo y luego viene y besa a mi mejor amiga.

—Paguen habitación chicos. Los espero adentro. —Dije y ellos inmediatamente se separaron. Arqueé una ceja hacia Gregory y le giñé el ojo a Elena, luego hice camino hacia el apartamento.

Mi apartamento es algo más a lo cotidiano, Elena y yo hemos trabajado duro para conseguir que se vea muy elegante y lo logramos. En serio que sí.

Ahora estoy vestida con una blusa de encaje color piel, shorts cafés hasta la mitad del muslo y botas sin tacón. Algo adecuado para la noche.

Elena me rogó que cambiáramos los planes para ella salir con Gregory a solas. Accedí sin ningún problema ya que por algún motivo quería salir sola esa noche.

Suena mi teléfono.

—Hola —. Respondí.

—Hola Carrie, habla Christopher —. ¿Mi jefe? ¿A esta hora? ¿Qué quiere?

—Sr. Stolberg —. Respondí. La única forma de que me llamara mi jefe un viernes en la noche es porque… Hay no. Trabajo.

—Carrie estoy totalmente avergonzado de llamarte a esta hora, pero necesito esto. Necesito que leas el primer capítulo de los libros que te voy a mandar y por favor haz una reseña de cada uno y se los mandes a mi nombre a los editores, ¿puedes con eso? — Y aquí vamos, como siempre Stolberg pidiendo trabajos los fines de semana.

—No se preocupe Sr. Stolberg, lo haré —. Respondí. Algo molesta.

—Te lo agradezco mucho Carrie. Ahora, tengo que colgar. Hasta el lunes.

—Está bien —Colgué.

Si señores, mi jefe, el que quiere que me ocupe de sus negocios un viernes en la noche mientras él juega golf con su perro.

No quería hacerlo esa misma noche, tenía que salir y distraerme un poco. Mi carro estaba en ENNA, pero no me importaba lo iría a recoger.

Two worlds, one loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora