Capítulo 3

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—Sólo quería traerte aquí. Creo que este lugar es hermoso —. Dijo Erick. Con una sonrisa reluciente saliendo de su hermoso rostro. Dios. Cuanto me gusta esa sonrisa. Cuanto me gusta él. El maldito imbécil y su gran sonrisa.

—Gracias, no tengo palabras para describirlo —. ¿Qué más podría decirle? En realidad lo que más me gusta de este lugar es su sonrisa.

—Eres hermosa —. Whoa. ¿En serio?

—No te supero —. Respondí. Eso era cierto. Erick me miro con cara de “no te subestimes”. Sonreí. Hubo un ruido molesto, hace más de diez minutos que lo estoy escuchando. ¿Qué será? Erick giró su rostro hacia donde se escuchó el ruido. Frunció el ceño. Seguro vio algo. Se puso de pie y caminó hacia el lugar y se perdió entre los árboles que habían a su alrededor. Cinco minutos, diez minutos, quince minutos. ¡MALDITA SEA! ¿Por qué coños no vuelve? Veinte minutos, treinta. Oh no, no, no, no. ¿Dónde está? Erick vuelve maldita sea.

—Mierda, Erick —. Susurré mientras me levantaba de mi extraño sueño. Una noche hace que lo conociste y ya estás soñando con él. Dios mío Carrie. ¿Qué te hizo?  Me regañé. Nada de qué preocuparme, solo fue un sueño, seguro no pasará otra vez.

Me paré de la cama a pie descalzo y salí de mi habitación. Afuera estaban Gregory y Elena en el comedor, estaban desayunando. Les dirigí mi más cálida sonrisa de buenos días y me dirigí hacia el baño. Cogí mi cepillo de dientes, le puse un poco de pasta dental, lo enjuagué y lo introduje en mi boca. Arriba, abajo, arriba y así sucesivamente por unos 5 minutos. Cuando terminé, enjuagué mi boca y el cepillo después. Lo dejé en el baño y salí hacia el comedor de nuevo. Gregory y Elena seguían allí.

—Buenos días. ¿Durmieron bien? Yo creo que si —. Dije. Contando lo que había oído la noche pasada cuando llegué.

—De hecho sí. Muy bien —. Respondió Gregory. Claro querido gilipollas, te follaste a mi mejor amiga. Pensé.

— ¿Elena, tu dormiste bien? —Pregunté a Elena. Ella me lanzó una cálida sonrisa.

—Si Carrie, gracias. ¿Y tú?  ¿Cómo estuvo tu noche? —Respondió Elena. No pensaba contarle que conocí a un chico realmente atractivo en el BarNone y que intentó besarme y luego soñé con él como si me importara demasiado. NO.

—Algo normal. Llegué un poco tarde, eso es todo —. Logré responder. Elena había hecho el desayuno de los tres, así que me senté en mi lugar y empecé a devorar el desayuno.

Falda, blusa suelta, zapatillas, cabello recogido, maquillaje suave. Sí. Me gusta. Me veo relajada. Debo salir a caminar un poco y luego hacer el trabajo que me dejó el Sr. Stolberg. Agarro una botella de agua y me dirijo hacia la entrada del apartamento. Hermoso día, de hecho impresionante en Vancouver.

Sigo pensando en porqué soñé con el imbécil de sonrisa perfecta. ¿Tengo razones? Llevas caminando diez minutos y sólo piensas en él. Empieza por sacarlo de tu cabezota. Gritó mi subconsciente. Era verdad. Lo dejaré. Entré en un restaurante, estaba hambrienta. En serio que sí. No me fijé bien en el nombre pero me comería lo que fuera sin pen… Esperen. ¿Cómo carajos quieren que lo saque de mi cabezota si me vuelvo a encontrar? Tengo que salir rápido de aquí. Ya es tarde, ya me vio y ahora se dirige hacia mí. Joder. Otra vez esa sonrisa.

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⏰ Última actualización: Apr 23, 2014 ⏰

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