Capitulo 5:¿acostumbrarse?

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Nadie, nunca en la vida, una persona se acostumbra a una enfermedad, puede que el dolor sea continuo y eso, pero nadie se acostumbra.

Ya habia pasado una semana y media desde que sabia de mi enfermedad, aun podía moverme normalmente, pero los dolores repentinos a media noche no eran lo mejor del mundo, pero ahora ya no me desmayaba a medio suspiro, y ahora que lo recordaba me parecía rotundamente estúpido, pero bueno...

Nunca había sentido mejor, extraño, al sentirme exageradamente feliz de poder hacer actividades físicas; quitando el baile, era alérgica al deporte, odiaba correr, y no era una gran fan de cualquier deporte que ocuparan una pelota, o alguno que necesitara movimiento de extremidades, aunque ahora sentía la necesidad de moverme lo mas posible, intentar lo que siempre evite, y aquí entraban mis mejores amigos (incluyendo a mi hermano) en donde no había mejor apoyo moral y físico que el de ellos; Jessica era una tenista y nadadora, además de bailarina; Pablo era un gran jugador de futbol, tanto soccer como americano(su baja estatura hacia que cualquiera que no lo conociera, pensaría que era el pelele del equipo, pero una vez en el campo, hasta ovación de pie había de vez en vez); Tomas jugaba basquetbol, voleibol, hacia atletismo, salto de altura y además parkour.

¿Yo que hacia mientras ellos practicaban? Ademas de vez en cuando bailar... Nada, absoluta y completamente nada

¿Como me volví amiga de unos chicos tan geniales como ellos? Ni la menor idea, posiblemente ellos eran una clase de humanos desarrollados para 7generaciones adelante, y yo... Posiblemente en etapa ameba.

Hasta Daniel era mas activo que yo, se había interesado en el soccer desde que había nacido, y ademas era un genio, iba a un curso mas arriba ya que su clase era muy "lenta" en cuanto a la capacidad de mi hermano.

En fin, ese día Jessica me enseñaba a nadar en su casa; era completamente fascinante, el problema era que no podía nadar "libremente" porque mi amiga estaba siempre sosteniendome, ya sea del abdomen, de la espalda, o estaba a mi lado siempre, porque había probabilidad de que me diera un dolor o algo parecido, que me paralizaría o algo así dijo Jessica a modo de explicación.

Tomas y Pablo andaban cerca, a orillas de la piscina de Jessica, solo se recargaban y observaban, a veces se acercaba Tomas y preguntaba como me encontraba

para luego alejarse de nuevo.

Hasta ese día había ya probado el soccer, el voleibol, un poco de tenis, atletismo (lo que, sinceramente, había odiado de sobremanera, odiaba correr con todo mi ser) y salto de altura. Solo me faltaban los mas difíciles (y dolorosos) en cuanto a los que mis amigos sabían y podían instruirme: fútbol americano y parkour

Tomas era el suplente de Pablo, cuando Pablo no se podía presentar pedía de favor a Tomas que le cubriera, a lo que mi mejor amigo accedía, y, claro esta, desempeñaba bien su rol, pero siendo sincera no era mejor que Pablo.

-Lena enfocate, sino te ahogaras- escuche la voz de Jessica de golpe que me había sobresaltado, tragando un poco de agua -que te dije...-

-perdón, perdón-

-que se hará contigo- me acomodo el cabello tras la oreja de manera casi maternal, provocándome un escalofrío, aun considerando que teníamos la misma edad, y hasta yo le ganaba por meses

-¿q-que haces? Ni siquiera mi madre hacia eso-

-exactamente Lena..-

-ya, restemos importancia, sigue con tu enseñanza-

-ok...-

Y así fue, no mencionamos nada al respecto de nuevo, ya habían pasado algunas horas, haciendo aparecer la noche

Detrás de esa sonrisa y ojos verdesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora