Please don't cry

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Su vida había sido muy normal hasta esa noche,esa noche de fiesta que marcará un antes y un después.

El plan era simple iría a un antro con sus compañeros de carrera, por fin había logrado terminar su Universidad y tenía su vida completamente planeada, consiguió trabajo como asistente en laboratorio de un buen amigo de su profesor asesor de tesis.

Tenía un trabajo en una nueva ciudad, un buen lugar para vivir y una pareja que estaba dispuesta a acompañarlo a seguir su sueño. Logró todo lo que se había planeado pero la vida siempre nos sorprende con cosas inesperadas. Un estupendo currículum y la recomendación de la escuela y sus profesores pueden no ser suficientes.

Aunque esa noche se olvidaría de todo y disfrutaría; bailaría, cantaría, bebería y sería el joven que no se había permitido ser hasta lograr sus metas. Se enfundó un ajustado pantalón de piel, camiseta sin mangas, botines estilo militar y chamarra de mezclilla, alboroto su cabello castaño claro y se puso labello. Antes de salir de su apartamento mandó un mensaje a su novia Sojin solo para que estuviera tranquila y emprendió su camino al antro.

No había tanta gente como pensó pero muy pronto se dio cuenta que en realidad cada minuto se llenaba más, incluso su grupo había aumentado considerablemente, pasando de ser 6 al momento en que llegó a ser 25 personas. El ambiente en el lugar era asombroso, tanto que no pudo evitar tomar más de la cuenta, llevaba demasiado tiempo bailando rodeado de sus amigos y un par de chicas del grupo. Para cuando lo noto unas manos estaban en sus hombros, un hombre de en sus veintes le sonrió y se unió a su grupo con un grupo de mujeres hermosas y hombres musculosos que él no podía catalogar. Sus amigos no se quejaron de la llegada pues las chicas empezaron a bailar con ellos y los hombres a traer bebidas para el grupo entero, el hombre se había identificado como Choi Jaewon intentando comenzar una conversación, Jaewon le había contado mas información pero con un mal presentimiento en el estómago le mintió:

- Me llamo Kim Kyungil soy de la universidad estatal de Seúl y vine a un reencuentro con mi antiguo grupo de la universidad, en realidad cambie de plantel a mitad de carrera, mi novia esta en casa esperándome- Por alguna razón sintió necesario mencionar que él tenía novia, la mano del chico había pasado de sus hombros a su espalda baja al pasar su atención de él a las demás personas del grupo, gritando por una cerveza a sus acompañantes.

- Ella debe ser linda como para que te atrapara ¿vive aquí?- Dijo el sujeto pareciendo un tanto diferente mientras se acercaba para poder ser escuchado.

- No, en realidad la conocí en Seúl y decidió acompañarme a ver a mis amigos, ya que mi familia tampoco vive en la zona- Solo estaba mintiendo más y más, el chico sonrió demasiado grande y lo apretó contra sí mientras volvía a bailar.

- Mi familia vive aquí, aunque mi padre trabaja más en la capital, yo me crié en esta provincia- Aparentemente nadie se daba cuenta de lo incómodo que estaba Kyungsoo, nadie vino a ayudar- ¿Quieres algo de tomar? ¿Tal vez una cerveza?-

- Si, creo que necesito una, así que iré por ella- Cuando intentó irse lo detuvo y le paso una de las que encontró en la mesa donde estaban sus amigos- Gracias.

La tomó con desconfianza y la terminó rápidamente intentando evitar continuar con la conversación, pero el joven le estaba pasando otra, ya había tomado demasiado, tomó la siguiente por cortesía.

- Así que ¿Aun no acabas la carrera? ¿Tus padres viven en Seúl?- Jaewon intentaba continuar la plática, el chico se había acercado tanto que podía sentir su respiración contra su oreja, Soo intentaba recordar su propia mentira pues ya estaba un poco mareado.

- En realidad aun no, ya que las materias son diferentes de ambas universidades y bueno mis padres no tienen un lugar estable para vivir pero llevan un tiempo lejos de Corea-

Jaewon miraba sus labios fijamente mientras hablaba, tal vez le estaba leyendo los labios por el sonido ensordecedor, la mano en su espalda casi estaba sobre su trasero y por alguna razón se estaban alejando de sus amigos. Seguir sus pensamientos era difícil, empezó a divagar sobre el porque ese tipo seguía intentando acercarse a él y no a alguna chica del lugar, lo cual sería más interesante, su mal presentimiento empeoro. Pensó que era momento de irse y reviso su celular para pedir un taxi, el alcohol estaba haciendo efecto muy fuerte sobre si en ese momento.

- Tengo que ir al baño, después me iré- dijo en alto para el grupo completo, recibiendo asentimientos y choques de manos, también un par de abrazos de las chicas.

Camino lo más rápido que los cuerpos empujándose le permitieron ir, hasta que vio la puerta del baño al final del lugar, entró por la puerta buscando respirar un poco y encontrándose con el típico olor de un baño publico, se acerco a los orinales, Jaewon lo había seguido e intentaba continuar la plática mientras usaba el orinal del lado derecho haciendo que lo ignorara, hasta que un hombre salió de un cubículo, al terminar se acercó a los lavamanos mirándose al espejo levemente encontrando allí la silueta de Jaewon recargada en la puerta. No pudo ocultar del todo su gesto de desagrado al descubrir que lo observaba sin parpadear, asintió en su dirección y camino para que este le diera el paso, pero al intentar abrir la puerta esta se encontraba cerrada desde fuera, Jaewon estaba sonriendo de una manera desagradable que le erizo la piel, sentía haberla visto antes y como un flechazo cruzó por su mente un momento de la conversación "ya que mi familia no vive tampoco en la zona", él había sonreído de esa manera por un segundo antes de poner su sonrisa amable, su mente estaba inventando las cosas más desagradables que pudo pensar sobre acoso de un gay, al tiempo que su estómago daba otra señal de su mal presentimiento, era momento de ser rudo, había tenido paciencia suficiente. Lo vio fijamente con el ceño fruncido y el rostro frío, cuando este ni siquiera se preocupo por intentar decir algo ordenó fuertemente:

- Abre la puerta o dile a uno de tus amigos gorilas que vengan a sacarnos, tengo prisa- El joven solo sonrió más grande y se acercó.

- La cosa es que ellos nos encerraron aquí, se los ordene y tampoco es que me importe mucho si tienes planes de coger con tu noviecita... jaja creo que te verías mejor debajo de un hombre, tienes esa cintura pequeña, ese culo y eres tan bajito... eres perfecto para estar debajo de mi... pensé que esto sería más fácil porque no tienes músculos, aunque eres más inteligente de como me gustan, así que, bueno, tendremos que improvisar. Eso de que seas hetero es difícil de imaginar, pero podemos arreglarlo, después de esto dudo que puedas estar con una chica otra vez-

Definitivamente Soo había tenido una intuición correcta pero ese tipo parecía preparado para su escape, Soo reaccionó demasiado tarde, Jaewon parecía bastante tranquilo, como si esa situación fuera usual, cuando Kyung intentó patear la puerta él lo tomó fuertemente del brazo metiendolo con el impulso a uno de los cubículos, era el cubículo para discapacitados, cerrando la puerta al meterse también. Soo intento levantarse rápidamente pero Jaewon lo había tomado del cabello y azotado contra la pared de atrás dos veces más con tanta fuerza que lo hizo quedar aturdido, aunque intento pelear contra su fuerza, Jaewon era más fuerte, peor había sacado un arma y apuntado a su cabeza. A pesar de su pelea contra él logró bajarle la ropa interior, penetrandolo de inmediato dura y profundamente, había seguido un ritmo tan fuerte que su cuerpo no lograba encontrar un soporte y se lastimaba al ser arrastrado por el estrecho espacio disponible, mientras su cabeza chocaba con el suelo con tal brutalidad que no podía recobrar su razón, nunca había sentido un dolor tan extremo sentía su piel dolorosamente estirada aunque era peor la irritación creada por la fricción en seco, sentía que su cuerpo se partía en dos desde su ano al no haber experimentado aquello antes y su espalda baja estaba en una constante tensión para lograr soportar las constantes embestidas que ese hombre dio hasta saciarse, dejando el cuerpo del castaño tirado en el suelo de aquel baño, sangrando, cansado y moviéndose con dificultad como un autómata hasta el asiento del taxi y luego tirándose en la cama de su apartamento sintiéndose como en la peor de sus pesadillas. Su cuerpo y cerebro estaban en un entumecimiento extraño, posiblemente aún por el efecto del alcohol, no lograba razonar con lógica y su cuerpo estaba en un dolor constante incluso aunque no identificaba de dónde venía exactamente. Incluso antes de caer dormido se sentía irreal y sucio a pesar de haber tomado una ducha, recordando todo, recordaba todo.

I shoot a man down - KaisooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora