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Capítulo 17: "¿Estoy enamorado?"

[Lysandro]

Las señales que mandaban mi cuerpo y mi mente, cada vez eran más confusas.

¿Cuándo fue la última vez que mi corazón actuó como un tren descarrilado?

Esos golpes en mi pecho... se presentaban más a menudo. Esa sensación agridulce, que por alguna extraña razón se volvía amarga...

¿Qué era todo esto? ¿Por qué los humanos sienten cosas tan raras e inexplicables?

Era otra mañana de viernes en el Instituto. Eran los primeros días de octubre. El clima aun no era tan fresco.

Esta vez se me había hecho un poco tarde. Por alguna extraña razón me había quedado profundamente dormido, mientras observaba la luna.

Eso no es común.

Cuando llegue al aula correspondiente, lo primero que vi fue a Chelsea hablando con Nathaniel. Nathaniel se encontraba sentado en mi lugar.

Oh...

Apareció esa sensación amarga en mi pecho y un cosquilleo muy molesto.

Definitivamente yo tenía un problema con Nathaniel... pero ¿qué es?

Me acerqué lentamente a mi lugar. Aclaré mi voz y ambos notaron mi presencia.

— Lamento molestarlos, pero ese es mi lugar. — Señalé donde estaba sentado Nathaniel.

— Oh, Lysandro... ¿puedes darme unos momentos? Esto es importante. — Nathaniel me dedicó una sonrisa.

¡¿Qué demonios puede ser importante a estas horas?!

Resoplé muy frustrado y me dirigí a la salida del aula.

La verdad es que pude haberlo quitado a patadas, pero no tengo ánimos...

Tomé rumbo hacia los baños, donde usualmente suelo ir... para ayudarme a pensar claramente.
Cuando entré pude ver a Alexy, sentado arriba de los lavamanos. Me miró y no dudó en sonreírme.

— Hola, Lys. — Sonaba alegre.

— Hola, Alexy. — Le respondí un poco más apagado.

Alexy bajó de un salto de los lavamanos y se recargo en la pared. Fue cuando aproveche para lavar mi cara y mirarme al espejo por unos instantes.

— ¿Qué te preocupa, Lys?

Miré a Alexy de reojo, parecía estar sonriendo.

— ¿Cómo sabes que algo me preocupa? — Reí suavemente.

— Puedo verlo claramente. Tu expresión, tu mirada... algo no anda bien.

— ¿Es importante para ti saberlo? — Continué remojando mi cara.

— Por supuesto que sí. Eres mi amigo. — Su alegría me volvía un poco loco.

— ¿Lo soy? — Alcé una ceja.

Alexy dejó escapar una risita y se acercó a mí.

— Sólo déjame ayudarte. Anda, anímate y cuéntame tus síntomas.

— Mis síntomas... —Reflexioné por un momento.

¿Realmente estoy a punto de hablar sobre lo que siento?

— Bueno, pues... últimamente... me he sentido un poco extraño. — Confesé.

— ¿Ah sí? ¿De qué modo? — Alexy se puso serio y curioso a la vez.