Capítulo 3: Tardes

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     Todo el día... las 24 hs sin hacer nada, sin mover un pelo.  Me molesta y al mismo tiempo me encanta explotar de esta forma mis tardes libres.

      Me levanté de la cama, agotado de hacer nada. Tomé mi campera, mi teléfono, y salí a la calle. Justo enfrente de mi casa había una familia mudandose. Dos niñas y un niño producto de una familia perfecta correteaban por la calle mientras "Señor marido perfecto" y "Señora esposa perfecta" bajaban cajas del camión, sonrientes.

       La "Señora esposa perfecta" me vio al otro lado de la calle, y sonriente, dejó la caja en el suelo y se acercó a mí.
       *Ay, no*- Pensé.- *No quiero socializar, razón número 19491 por la que nunca salgo de casa.*
      
       A medida que la señora se acercaba, me resultaba cada vez más familiar. Ay, no...
  - ¡Park Jimin! ¿Me recuerdas? Soy tu vieja vecina, era muy amiga de tu madre, te cuidaba de pequeño. Nos habíamos mudado cuando tu eras un borreguito y hemos decidido volver. ¿En dónde está tu madre? ¡Me encantaría verla!- Tantas cosas que asimilar en tan poco tiempo. Esta mujer es la que ayudo a mi madre a superar lo sucedido con mi padre. Ella fue quién nos cuido a mi hermanita bebé, a mí y a mi hermana mayor cuando mamá se encontraba mal.
      
        No tenía la menor idea de como decirle...
  - Emm... sra. Jung, mi madre...- No podía decirlo. Ella puso una cara seria, intentando comprender mis palabras.
  - ¿Tu padre no ha vuelto, o sí?- Preguntó con un dejo de preocupación y rencor en los ojos, mi papá lastimó mucho a mi familia, y ella era la única que había presenciado el puro y crudo dolor de mi madre cuando papá nos dejó.
  - No, no es eso.- Intenté explicar, pero simplemente no podía, sentía las lágrimas quemandome los ojos.
  - ¿Entonces dónde está ella?- Insistió, se dio cuenta de que algo andaba mal.
  - Ella... no está aquí. Escuche, tengo que ir al trabajo, así que debo marcharme, que tenga una linda tarde.- Sin hacer caso a su desconcierto, me marché. Mentí, mentí porque no puedo decirle lo que pasó, las palabras no salen.

       Recordé la última navidad con mamá, la última navidad con mi hermana mayor... no podía soportarlo, necesitaba que aquellos pensamientos vuelvan a la cajita en donde los había guardado, pero no puedo, no logro encerrarlos. Me di cuenta de que necesitaba ayuda en el momento que me tiré en el suelo de la calle, estaba comenzando a tener un ataque de pánico.

       Tomé el teléfono, pero era inútil, no tengo a nadie con quién hablar, a nadie a quién confiarle esto... y recordé...

       Comencé a marcar su número. Habían pasado dos días desde que Yoongi pasó aquella mañana conmigo, era tiempo de llamarlo.
  - ¿Hola?- sonó su voz entredormida al otro lado del teléfono.
  - Hola, soy Jimin.- Dije tratando de disimular que estaba muy agitado y asustado, apenas podía abrir los ojos.
  - ¡Jimin-ah! ¿Qué pasa?- La voz de Yoongi me relajó un poco, saber que había alguien con quien salir en estos momentos me sacaba un gran peso de soledad que cargo hace mucho tiempo.
  - ¿Podemos vernos?- pregunté, rogando que no me lo niegue.
  - Obvio que sí, ¿mañana?
  - En realidad, ¿podría ser ahora?- Lo necesitaba, necesitaba una distracción.
  - ¿Ahora? Está oscureciendo, ¿a dónde quieres ir?
  - A cualquier lado, estoy en la calle, y...- No podía continuar explicandolo- Donde quieras.- Yoongi pareció darse cuenta de que algo andaba mal, pues hizo un pequeño silencio.
  - Ven a mi departamento, te mandaré la dirección por mensaje de texto.- Dijo animado.
  - Voy.- Me levanté del suelo, miré su mensaje que acababa de recibir y comencé a caminar por las solitarias calles mientras oscurecia.
  *Por esta calle y a estas horas caminaron ellos al dejarme*

       Luego de una intensa caminata llegué al edificio de Yoongi, subí por el ascensor hasta el quinto piso. No sabía bien porqué, pero estaba nervioso, ¿tenía bien arreglado el pelo? Seguro era un desastre, hace dos minutos me encontraba llorando en el suelo de la calle, odiaba aquellos ataques de pánico.

        Cuando la puerta del ascensor se abrió, me dirigí hasta la habitación número 93. Esperando lucir minimamente presentable, toqué la puerta dos veces.

       Yoongi abrió la puerta con una sonrisa, llevaba puesto unos jeans azules y una remera enorme y mangalarga rallada, blanca y negra. ¿Cómo alguien puede destacar tanto con algo tan simple? Y yo apenas con una remera mangalarga gris y unos jeans negros...
  - Jimin-ah, te ves genial. Pasa.- ¿Verme genial? Si me veía genial así, no me imagino como me vería cuando me produzco. Sonreí y entré a su departamento.

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⏰ Última actualización: Aug 21, 2017 ⏰

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Butterfly~ YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora