Yo vivía en Haway, un sitio cálido y que, si lo sabes disfrutar resulta maravilloso. Un día en la playa yo estaba con mis amigos, haciendo el gilipollas como de costumbre. Cuando acabamos de jugar al fútbol nos acercamos a unas tías que según nosotros estaban "buenísimas".
Les empezamos a hablar, y todas nos miraron mal, nos echaron, todas, todas, todas menos una. Más tarde descubrí que se llamaba Natalie.
La chica nos sonrió, bueno, me sonrió.
Cuándo la tarde acababa todo el mundo recogía sus cosas. Yo vivía más cerca de playa que los otros chicos puesto que los días de más calor me quedaba hasta más tarde en la playa o haciendo surf.
Esa tarde me quedé pensando, pensando en aquella chica. De repente ví que aquellas chicas se acercaban. Las oía murmurar cosas como: es el amigo de los de antes, parece el más majo, etc.
De repente la chica se me acercó y me sonrió, comenzamos a hablar durante horas, hasta que fue de noche, y las palabras se convirtieron en besos, amor.
