Natsu: ¿A dónde me llevan? ¿Quién eres?
Lucy: Mi nombre es Lucy y vamos a un hospital improvisado.
De nuevo el pelirosa intento incorporar pero simplemente sus heridas no se lo permitían.
Lucy: No debes moverte, tienes muchos golpes y tengo que comprobar que no tienes fracturas o algún daño interno.
Natsu: ¿Daños internos? Quiere decir, ¿qué voy a morir?
Lucy: No he dicho eso, cálmate.
Pero el pánico se apodero del jóven, él se sentía muy mal por que no podía regresar con su madre en esas condiciones, la decepcionaría totalmente.
Natsu: ¡Necesito regresar a casa!
Lucy: Y estarás en casa... pronto, lo prometo.
Ella lo abrazœ suavemente para no lástimarlo más pero el estado de shock del chico era muy grande.
El auto se detuvo de repente, esa no era buena señal, ya que bien podían ser los guerrilleros queriendo conseguir comida o el ejército en busca de los opositores.
Lucy: Necesito que guardes silencio, ¿si?
Él solo la apretó un poco, tenía mucho miedo de morir. La rubia solo le acariciaba su cabellera para calmarlo.
Mirajane: ¿¡Lucy, esta todo bien!?
El alma le regreso al cuerpo a la rubia, la cual suspiró aliviada, separándose del pelirosa para ir hacia su amiga.
Lucy: Mirajane, eras tú. Me has sacado un buen susto.
Mirajane: Creí que tenías problemas con uno de ellos, ya que se escuchaban los gritos hasta la cabina.
Lucy: Uno de ellos despertó y esta en shock.
Mirajane: Bueno, solo te pido que tengas cuidado, no sabemos que tán peligrosos pueden ser. Si no nos tocará hacer como la vez del jóven Jackal.
Lucy: Él tenía problemas mentales, no fue intencional lo que hizo.
Mirajane: Pero igual toma tus precauciones, solamente no quiero que se repita la historia.
Lucy: Tendré cuidado.
Ambas regresarón a sus lugares y continuarón el viaje. Lucy sabía que su hermano tarde o temprano se daría cuenta que no estaba en el hospital de su base, por lo que debía tener una buena excusa para que él no sospechara nada de su ausencia.
La rubia se incorporó de nuevo con los heridos y se acercó al pelirosa para saber su condición.
Lucy: ¿Te sientes mejor?
Él la miró inseguro pero asintió afirmativamente con su cabeza.
Lucy: Muy bien, ahhh... Perdón, no te he preguntado tu nombre.
Natsu: Me llamo...
Por un instante él dudo, ¿y si acaso erá una trampa de parte del ejército? Él no sabía pero había algo que no podía negar y eso era que en el reflejo de aquellos ojos chocolates no había maldad, al contrario por alguna razón y a pesar de su dolor físico en ella encontraba tranquilidad.
Natsu: Me llamo Natsu.
Lucy: Mucho gusto, Natsu.
Ella le sonrió por un instante pero hubo un silencio prolóngado entre los dos. El pelirosa estaba acostado boca arriba, viendo la manera en que las cajas de frutas habían sido ordenadas, les creaba un ambiente privado pero al mismo tiempo en caso de tener que salir, el acceso era adecuado.
Miró a sus compañeros aún incocientes y como la rubia se estaba encargando de Gajeel en ese momento.
De pronto el recuerdo de su madre llorando para que no se fuera de casa golpeó su mente. La tristeza tocó a su corazón, estubo a punto de fallarle a su madre, de romperle el corazón al perder otro hijo y lo peor que ella jamás sabría de su muerte.
Lucy: ¿Te duele algo?
Él estaba tán inmerso en sus pensamientos que no se había dado cuenta que estaba llorando hasta que ella lo interrumpió.
Lucy: Dime, ¿dónde te duele?
Él la miró sacar algo de un pequeño maletín y colocarsela bajo la lengua. El sabor amargo de esa cosa le hizo asquearse pero ella le tapo la nariz y la boca para dejar que el medicamento hiciera efecto en él. Poco a poco se sintió somnoliento y lo último que escucho de los labios de la rubia fue: "Pronto te sentirás mejor..."
Habrán pasados muchas horas por que cuando el despertó era de noche. Aunque quizo incorporarse de nuevo no pudo, se maldijó por estar herido pero al ver a la camilla del frente, se dio cuenta que Gajeel ya no tenía su pierna derecha.
Natsu: ¡Gajeel! ¿Estas bien? ¡Gajeel!
Una chica de cabello azul se apresuró a entrar al pabellón.
Levy: ¡¿Le pasa algo!?
El pelirosa la observo curioso, ella parecía una niña aún.
Natsu: ¿¡Qué le hicierón a mi comandante!?
Los ojos de la peliazul se entristecierón pero sus palabras salierón de una manera tán natural y dulce de sus labios que le transmitió seguridad al pelirosa.
Levy: La Srita. Dreyar tuvo que hacerlo para salvarlo, ella sabe muy bien de estás cosas.
Natsu: ¿Srita. Dreyar?
Levy: La verás aquí muy seguido, de antemano mi nombre es Levy McGarden, si necesitas algo me puedes llamar.
Ella estaba por continuar su ronda con los demás pacientes pero el jóven tenía muchas preguntas.
Natsu: ¡Espera!
Levy: Dime...
Natsu: ¿Qué es este lugar?
Levy: Un hospital.
Natsu: ¿Dónde estamos exactamente?
Levy: Solo te puedo decir que en una región neutral.
Natsu: ¿Quién es la Srita. Dreyar?
Levy: Ella... ella es un ángel, fundó este hospital clandéstino para ayudar a cualquiera, no importanto el bando al que pertenezca en esta guerra.
Natsu: ¿Hospital clandéstino? ¿No importando el bando? ¿Quiere decir que aquí hay militares también?
La deseperación en los ojos jades del jóven llenarón de incertidumbre a la peliazul.
Levy: No todos los militares son malos y la mayoría pelea en contra de su voluntad como bien sabe pero déjeme decirle algo, aunque esto se lo dirá la Srita. Dreyar cuando venga; esta es una zona de paz, de sanación, la violencia no es permitida en este territorio y si una vez recuperado quiere continuar luchando, debe jurar guardar el secreto de este lugar.
Las palabras calarón en Natsu de una manera impactante. ¿Un territorio de paz? ¿Cómo era eso posible?
Natsu: ¿Y cuándo podremos irnos?
Levy: Hasta que la Srita. Dreyar diga que pueden hacerlo y ahora si, con su permiso debo atender a los demás pacientes, usted no es el único en este lugar.
El pelirosa miró como la jóven se marchaba y una enorme curiosidad por conocer a la Srita. Dreyar se apoderó de él. ¿Cómo es posible que esa persona crea que puede haber paz en medio del caos? En definitiva, esa "Srita. Dreyar" debe estar loca.
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En La Guerra y El Amor (NALU Fanfiction)
FanfictionUna guerra civil que esta acabando con una nación, dos bandos dispuestos a defender sus ideales y dos almas que se encuentrán por cosas del destino. Un alma bondadosa dispuesta a ayudar al que debería eliminar y todo por que en la guerra no todos s...