Volver a Verte (Yukio y Tu) [TERMINADA]

Bodas con amor y obligación

Capítulo 65

Narra Su Autora

Los disparos buscaban mezclarse con la respiración agitada de los exorcistas y la incansable busqueda de ver a Amaimón sobre el suelo.

______(tn) quisiera estar sola, pero sabría que la soledad no era un buen compañero en ese momento. Sí, aceptó la ayuda de sus amigos, pero el miedo de verlos rendidos no la abandonó.

Aún así, tratando de dejar el miedo atrás y confiando en el cielo, se levantó y se refugió tras un árbol mientras los tiros y gritos resonaban en su cabeza. Entonces tomó una decisión: su espada iba a empuñar. Se llevó la mano a la espalda, pero lo único que tocó fue la tela de su traje. Desesperada miró hacía atrás y vio la espada con su funda a veinte metros de distancia.

-Mierda-susurró para ella misma.

De repente sintió cono la tierra se levanta bajo sus pies, alzó los brazos intentando manter el equilibrio. Cuando estaba a una altura prominente pudo ver a su objetivo a pocos metros, sacó una de sus armas, apuntó y tiró. La bala fue a parar justo a la mano izquierda de Amaimón, entonces sus ojos se juntaron, los de ella reflejaban cansancio, y a la vez fuerzas, mientras que los del demonio parecían perlas hechos de odio puro. Con un solo movimiento azotó la montaña de tierra como un látigo provocando que ella cayera de nuevo a la fría tierra entre los árboles.

Sin embargo, el demonio se distrajo de más, por lo que no vio venir a Rin por detrás, quien le dio un puñetazo que hizo que cayera de su montaña y se estrellara la cara contra la tierra. Una espada atravesó su hombro impidiendo que se moviera, pues era Shura quien hacía su jugada, a su derecha estaba Rin amenazandolo, luego un pie presionó su cabeza contra la tierra y Yukio lo apuntó con su arma. Por la cabeza de Amaimón sólo pasaban burlas y formas muy sencillas de salir de esa situación. Sin embargo, una espada bañada en agua bendita le atravesó el pecho.

-Yo te destierro, en el nombre de Dios.

La voz de  ______(tn) hizo eco en el oídos de todos porque nadie la había visto venir, pues no reconocieron su apariencia, la de un demonio pura sangre.

Al cabo de sólo unos segundos Amaimón se volvió tierra y desapareció de sus vistas.

- ______(tn)...-dijo Yukio sin poder creer aún en lo que veía. Parecía no reconocer a esa mujer que tanto amaba. A pesar de esa gran confusión en su mente, decidió dejar toda duda de lado y lo único que hizo fue caminar esos dos pasos que los separaba, tomarla entre sus brazos y besarla, besarla como si la muerte hubiese pasado a su lado y su vida tuviese un nuevo valor. La besaba con desesperación. El acto la impresionó, pero fue cuestión de tiempo para que le correspondiera al mismo tiempo que una lágrima de esperanza adornaba su mejilla.

-Bueno, Shura-dijo Rin dando unos pasos hacía la susodicha-. Sólo estamos tú...y yo.

En un parpadeo Shura colocó la punta de su espada en la mejilla del peliazul y dijo lo más seria que pudo:

-Alejate de mí...

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-¡Estás hermosa!- le dijo Shura.

-Sí...aún no me acostumbro al vestido.

-Calma, sólo...-la mujer cortó el hilo del escote de  ______(tn) provocando que éste se abriera y dejara ver más de lo que debía.

-¡¿Qué te ocurre?!-se quejó.

-¡Vamos! Tienes que verte sexy el día de tu boda-se excusó.

______(tn) rodó los ojos y se centró en su reflejo en el espejo. Nunca pensó que estaría así, vestida de blanco, el cabello sujetado con broches y una pequeña tiara, tacones que en cualquier momento comenzaría a odiar, y un maquillaje que resaltaba sus ojos y agradaba sus labios.