Marcel

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- Maldita sea... Esto se le está yendo de las manos. No puedo dejar que tn___ corra peligro por mi culpa. Lo primero que tengo que hacer es intentar salir de aquí.

- Hey, mocoso. Ten tu comida! -dijo el amigo de Harry-

-¿Donde está Harry? ¿Porque no ha venido el a traerme la comida?

- Y a tí que te importa, mocoso? simplemente, come y no preguntes nada. 

- Maldito hijo de puta... -susurré-

Pude ver que el tipo escuchó mi insulto. Lo primero que hizo, fue girarse lentamente. Pude ver sus intenciones. Quería pegarme, e incluso torturarme. De repente, escuché un fuerte golpe. Era el de mi cara estampada contra el suelo.

- ESCUCHA ATENTAMENTE, MALDITO MOCOSO. COMO VUELVAS A INSULTARME O, INCLUSO HABLARME, TE APLASTARÉ LA CABEZA AQUÍ MISMO.

Me quedé callado... tenía mucho miedo, mucho. ¿Cuantos meses hace que estaba aquí encerrado? cada día era la misma tortura. Tengo que hacer algo, no lo soporto. NO moriré tranquilo hasta que vea a mi hermano metido en la carcel. LO JURO.

Bien, yo me tengo que ir, recuerda lo que te he dicho. Y, no pienso ayudar a levantarte del suelo. Vas a sufrir atado a esa silla, y te quedarás sin comer. -se escuchó un portazo después de esas palabras. a continuación, vino un largo silencio. Había tanto silencio, que podía escuchar mis propios pensamientos. ¿Que puedo hacer para salir de aquí?

esto se parecía a una carcel. Era una habitación pequeña, alejada del mundo. No tenía ni idea de done estaba, pero seguramente era un piso abandonado, alejado de la ciudad. Cada vez que Harry o este tipo se iban, cerraban con llave la puerta y, por más que intentase, no podía abrirla porque no había ningún objeto en la habitación para poder abrirla, aparte de una silla. 

Lo que tengo que hacer es, analizar mi situación. Estoy atado a una silla, bien. Estoy en una habitación cerrada con llave, y sin ningun objeto puntiagudo para poder abrir... Un momento, ¿No es ese un cuchillo?. Jajajaja, se nota que este tipo es un novato. Mi hermano nunca traía nada puntiagudo, por la misma razón. Pero tú, maldito cabrón, has cometido un grave error. 

Lo primero que hize fué tirarme al suelo. ¿Tirarte al suelo? ¿Acaso estás loco? Es lo que os estaréis preguntando.

Me tiré al suelo, ya que atado de pies y manos en la silla, no podría alcanzar una cosa que está en el suelo. Me arrastré con dificultades, hasta llegar a mi bandeja con comida. Hoy me había traido una salchicha, que parecía caducada junto a alubias de bote. Sí, apuesto que la comida de la carcel era más deliciosa. Estiré lo más que pude mi mano. Cogí con dificultades el cuchillo, y lo primero que hize fué deshacerme de las manos.

Cuando me deshize las manos, todo fué más facil. Caminé hasta la puerta y por fin, pude apreciar su cerradura. Parecía bastante sencillo de abrir ya que, era una puerta de un bloque de pisos abandonados, y este tipo de cerraduras están muy estropeadas. Adentré el cuchillo en la puerta... estube un largo rato intentando abrirla hasta que ''click'' se abrió.

No tube tiempo de alegrarme, solo tenía tiempo de correr, correr lo más lejos posible. Lo gracioso era que, cuando salí del edificio, pude ver que no habían casas.

Ni pisos... ni carreteras... Estaba en medio del bosque.

Mi mejor amigo, Marcel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora