El Mercenario de Dios

Una noche tranquila

26 de julio
Eran las las 8 pm, me encontraba en la puerta de mi departamento, la luna había salido para avisar que el mercenario salía de caza a por almas,  mientras la luna se lucia, me encontraba caminando en los Callejones de la noche, mi saco estaba limpio de nuevo, junto  a mi camisa blanca,  mis zapatos oscuros y mis ojos rojos combinaban perfectos con mi ser, estaba listo para cumplir mi trabajo, recogí mi águila del desierto junto a mi navaja, me llevaré una cuerda, y algunas herramientas que siempre llevo en mi carro, me bajo entre las calles más oscuras de mi ciudad,  junto con mi saco  y mi águila del desierto escondida,  la noche oculta mis ojos rojos carmesí, los malandros me miran fijamente, sabiendo que soy una amenaza para ellos, dejan de fumar  por un momento para verme caminar, eran las 12 pm, era el momento, empecé a meterme entre los callejones con sabiendo que alguna vida iba a cobrar, ¿Quien sería mi próxima víctima?....
Exacto, aquellos pardillos que fumaban , es fácil me presentó a comenzar una conversación, ellos se burlaban de mí, creyendo que era un vago,  dejaron de notar tu sonrisa cuando uno de sus amigos no podía hablar por qué su garganta se ahogaba en sangre, ellos corrían asustados, ¡era imposible escapar!, no pueden  escapar de la muerte, saque mi águila del desierto de mi saco, y dispare a contienda a sus pies, hasta que no pudieran caminar, mis botas al pisar manchaban mis huellas de sangre, se escuchaban mis pasos charcados de sangre y los dos tipos llenos de sangre en sus piernas,  fue fácil cortar sus dedos y despellejar su cabello, la sangre en mis manos manchaban siempre mi saco, ya no sentía nada, ahora no siento nada, no siento nada al matar a alguien, no siento nada, es aburrido matar pero tan necesario a la vez solo observaba las gotas de sangre caer de mis manos, sabiendo que el sentido de matar para mi estaba perdido, el miedo y el dolor se han alejado de mi cuerpo, solo escondí los cuerpo atrás de un basurero y arrancando el corazón de uno después para poder conseguir algo de dinero en el mercado negro, por cada callejón que pasaba cobraba vidas y mi cara cada vez se manchaba más de sangre, inclusive a estupidos indefensos, los deje colgados de sus piernas en un puente, colgados y amarrados desde sus intestinos, apuñale más de 40 veces a un pobre joven, gritando por su vida,  es divertido ver cómo ven a su mejor amigo morir frente a sus ojos, pero bueno... no importa, le arranque los ojos pues me suplicaba que no quería ver, deje que muriera por su propia hemorragia, o comencé competencia arrancándoles sus piernas, el primero que llegara le perdonaba la vida..., tonta mentira, después de todo morirían, ahorcaba con cadenas y atravesaba sus cuellos, sentía su garganta con mi cuchillo, sentía como lo último que vocalizaban era el
Perdón a dios, o solo cortaba los dedos y manos y obligaba a pelearse entre ellos, era divertido..., después de todo soy la muerte.