El quiosco morado

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2:30 p.m : Sabia que debía de comer pero para ser sincera no tenia apetito estaba a punto de ver a el amor de mi vida, o bueno hasta donde yo sé que lo es, pero ahora dudo todo lo que pensaba de él, el tiempo pasaba tan lento en mi cabeza que no se movían las manecillas del reloj, pues no veía claro que era lo que tenía que pasar para que todo pudiera volver hacer como antes así tome la ruta al baño de mi habitación, para darme una ducha antes de verlo, estaba tan nerviosa que tenía miedo de que sudara demasiado y verme mal. Al abrir la llave del agua caliente comenzó a caerme lento por mi espalda, gota por gota, se sentía tan liberada, pero de repente no pude contener el sentimiento que tenía dentro de mí y de mi cabeza, las lagrimas invadieron mis ojos, los grandes ojos que tengo, se llenaron de agua de gotas de amargura y dolor, dolor tan fuerte que no pude resistir el tirarme al suelo para poder tener algo que sostuviera mi pequeño cuerpo, decidí levantarme y cerrar el chorro de agua, salí a mi habitación y busque en mi armario, que podía ponerme que no fuera tan malo para ir a terminar con mi Ale, el amor de mi vida, el amor de mi adolescencia, el que más quería y necesitaba en el mundo más que a nadie más solo el, pero el fallo a cada una de las palabras a las que dijo quería sobrevivir, a las juro cuidarme siempre en todo, en cada problema y situación, pero nada era como dijo, absolutamente nada era como lo dijo; decidí ponerme los mismos vaqueros, y me amarre una camisa en la cadera, como en los años 90ts, para verme a mi estilo y no al de él estaba cansada de que dijeran que yo era igual que él en todo aspecto, tome una camiseta lisa color gris, me puse mis tenis, tome la mochila que tenía mis artículos de belleza y fui al baño de nuevo a maquillarme con tranquilidad.

3:10 p.m : Una vez maquillada, no tenía que esperar mucho tiempo para estar en casa, así que tome el camino, tome mi bolso y abrí la puerta, si esa hermosa puerta de madera con cristal de mi madre, ¡!Si de nuevo!!, tome camino por el aparcamiento de la cerrada, estaba a unos cuantos minutos de llegar a el parque de los quioscos arcoíris, al doblar la calle estaba el parque tan tranquilo como por lo general siempre estaba, estaban los quioscos de músicos, los matemáticos y todo eso era bastante raro, el quisco morado se encontraba al final del parque, me encantaba ese quisco pues cuando era niña era el único al que iba a jugar, pues los demás niños siempre me hacían a un lado, así que es mi favorito y Alejandro lo sabía.

3:55: Ya era el momento, era el momento de verlo a la cara y decirle todo lo que pensaba, tengo muchísimo miedo de lo que pueda pasar de hecho creo que es la cosa más loca o mala que he hecho, el momento de tomar al toro por los cuernos y enfrentar todo lo que pienso de él, todo lo que creía y creo de todo lo que vivimos e hicimos, de hecho creo que no sé qué decir, en mi cabeza pero ahora estoy a unos cuantos minutos de decirle todo pero sinceramente creo que ahora en mi cabeza ya no hay nada de lo que pensaba, ahora solo estaba la primera escena de nuestro primer beso, ese momento ya no podía olvidar los buenos momentos, esas bonitas risa que pasamos, los regalos que le di, los detalles que me dio, los permisos que me dieron mis papás para salir con él, los viajes que llegamos hacer en su auto, las cenas elegantes con mi papá, todos los momentos que pasamos, todo absolutamente todo, en mi cabeza solo pasaron todo los momentos que mis grandes ojos se me cristalizaron, pero lo mejor que pude haber hecho fue respirar profundo y tomar el valor suficiente para poder a salir delante de todo lo que pueda pasar. Al darme cuenta de que sonaba mi teléfono, lo saque de aquella pequeña bolsa de color rojo que tenia, esa que mi familia me regalo cuando era una pequeña niña que quería crecer tan rápido, pero ahora ya solo quiere que el tiempo pase tan lento que no me forcé a nada que el valor de todo esto pase, estoy tan mal de todo lo que paso, Ale, mi amor porque fue que nos metimos en estos problemas - ¿Bueno?- conteste extrañada no vi el nombre, - Espero que te encuentres bien!- reconocí la voz al instante era el Miguel, no puede ser!!! Este chico esta en todo, -Ah si gracias igual tu, bueno debo colgar voy tarde a un lugar va chao!- quise colgar rápido pero el teléfono se atoro con mi cabello –Mierda, vete al cuerno!!!- al momento de tener mi teléfono de regreso a su lugar, escuche que alguien grito en el teléfono – ¿Me hablas a mi? Oye pero yo no te he hecho nada disculpa si llame en un mal momento!- me sentí tan avergonzada pero a la vez tan feliz de al menos decir por un momento lo que le había querido decir en días, pero aun así me arrepentí –No! Como crees, perdóname es que el teléfono se me caía, ahora si chao! –; esta vez no se me cayó el teléfono ahora si lo tome bien y lo colgué lo más rápido que pude, pues estaba a unos 3 pasos del quiosco morado.

4:00 p.m Eran en punto, pero yo a un así, decidí no molestarme por cualquier cosa, como siempre solía serlo, saque mi teléfono de la pequeña bolsita que llevaba pues no llegaba, así que abrí mi perfil, y me fui directamente las fotos, de ahí salieron todos los recuerdos con él, con mi Ale, son tantas cosas que pasamos juntos, no pude contener la sonrisa y en todo me reía un par de chicos de primaria pasaron por ahí y me gritaron - ¡¡Estás loca!!- solo me reí y les mande un beso, pues sinceramente era algo que no me importaba, de pronto al momento de regresar a mi teléfono para recordar porque es que amo demasiado a el amor de vida; -Hola! Ta' ¿Cómo estás?- la única reacción que tuve fue buscar a mis lados, a mi frente y para atrás, pero no lo veía de verdad no sé si estaba siega o no estaba a un lugar a plena vista -¿Por qué demonios no te veo pero te escucho?- en ese momento me pare como pude, pues tenía más miedo del que ya traía – Arriba!!- dijo sin ninguna preocupación, yo levante la mirada como pude, pues no sabía si era cierto, así que baje los hombros y encorve un poco el cuello y alcé la mirada, y si efectivamente esta el ahí, colgado de la barda, como niño chiquito, pero aun así yo amaba sus locuras, -¿Qué diablos haces ahí arriba? Jaja estás loco sabes, ya baja de ahí y salúdame!- el solo me mando un beso de lejos y con unos cuantas marometas se logro bajar –Estoy un poco viejo para este tipo de cosas, pero Hola nena ¿Cómo te encuentras esta tarde?- lo vi con cierta indiferencia, pero accedí a reírme, -Bien gracias y por lo visto tu también, ¿Ya empezaremos a hablar? No puedo llegar tarde a mi casa.- prefirió asentir con la cabeza así que solo le hice a un lado para que se pudiera sentar en la circunferencia conmigo, -Bueno esto va así-

Una loca novela de amorWhere stories live. Discover now