Notaba mi cuerpo contusionado, un dolor casi inaguantable en mi cuello, espalda y cara. Toque mi nariz curiosamente, y recibí una gotitas de sangre como castigo a mi curiosidad. Estaba en pánico, sabía donde estaba, pero no recordaba casi nada. Al otro lado él gritaba hablando consigo mismo, ahora mismo, lo único que le quedaba.
Era mi cuarto, miré por la ventana para ver si podía pedir al menos auxilio. Un chico vestido entero de negro pasaba, con pelo largo y abultado escondido por un gran gorro de tela. Parecía un chico callada, hasta en momentos de pánico tenía vergüenza...soy estúpida.
Eran las 3am, ¿que haría ese chico por aquí?, extraño. Por fin cogí valentia y empecé a intentar llamar su atención, pero como no, al igual que yo, iba con los cascos con la música a tope. Aunque la verdad...no hubiera servido de mucho, seguramente me diría exagerada y se iría. ¿A quien le iba a importar un desconocido y encima con estas pintas?.
Me giré para coger mi móvil, que como no, estaba sin batería. Aquí no podía pasar la noche, sabía que a la mañana siguiente o de un momento a otro, entraría a mi cuarto a acabar lo que no ha acabado o simplemente a descargarse. Al fin y al cabo me lo merecía...¿Que por qué? Pues aún no se sus razones, pero es mi padre.
Sumergida en mis pensamientos se me cayó mi teléfono. El corazón me iba a cien, no sabía que hacer, creía que me iba a desmayar de nuevo. Él entró en mi cuarto, parecía un monstruo. Tenía miedo, demasiado miedo, solo soy una cobarde...
Alargó su fuerte brazo, cogió mi pelo y me arrastró al salón sentandome en la silla.Aún recuerdo cuando me senté en la mesa como sus gritos amenazaban. Cada golpe, escuchaba mis huesos crujir, como por cada golpe cogía fuerzas y mi columna no aguantaba más. No veía nada. No me dolían los golpes, eran sus palabras como cuchillas que me atravesaban. Pasaba por detrás mía mientras me obligaba a comer, creí que me apuñalaria en cada momento. Recuerdo como bebía aquel néctar que yo ponía como escusa para respaldar sus errores. Entonces, noté un último golpe en mi cabeza, que acabo conmigo. Otra vez de nuevo, totalmente inmóvil, sin poder hacer nada, era una cobarde y una exagerada, no era para tanto. Muchos padres pegan a sus hijos, muchos compañeros míos seguro que lo han pasado peor, ¿Porque tenía que ser yo la víctima y no aguantar nada? Mi padre me decía que sus padres también le pegaban, que yo era una mimada, tampoco sus padres le daban regalos cuando yo me quejaba de que no me regalaba nada por mi cumpleaños. ¿Porque tenía que ser yo la imbécil quejica que llamará a la policía? ¡Hay peores!.
Que mejor cosa, que cuando estas inconsciente pensar en tus errores, ¿No?.
Por lo menos, ya sabía que me había hecho supuestamente por mi padre. Mientras insultaba a mi madre y a mi hermana culpandolas de todo. Y por supuesto a mi. Él no paraba de repetir que quién había robado la información de su ordenador. Allí solo vivía yo, y mi padre tenía una obsesión con que mi madre iba siempre detrás suya. Su nueva acusación es que mi madre me utilizó para robar información de su ordenador sobre su ''empresa''. Eso es totalmente mentira, no era justo. Una parte de mi no quería perdonarlo, pero otra decía que era mi padre y que debía perdonar su confusión. Mientras me pegaba le intentaba explicar y le pedía perdón solo para que tuviera piedad de mi...piedad...
Pero la realidad era que no había nada que perdonar...
No hay piedad en sus ojos, solo odio y un aliento con un leve olor a alcohol.
Yo no podía más, era una tortura.
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¿Papá?
HorrorLas estrellas iluminaban la oscura noche, la más oscura que vi en mi corta vida. Escuchaba unos pasos siguiéndome, cada vez más y más cerca. Cogí varios callejones para llegar a mi casa cuanto antes, sabiendo que posiblemente seria mi última noche...