El Amor es como la Lluvia [OMEGAVERSE]

Capítulo III

Yuuri, ¿realmente creíste en mi música?

Eres así desde entonces, con los ojos brillando como dos estrellas y una sonrisa que podría derretir al más helado corazón, así me conquistaste.

Aún con el rostro pálido y tu cuerpo inerte sobre las sábanas blancas que adornan eternamente la cama donde descansas, eres hermoso. Aún si no puedo ver nunca más cómo te sonrojas, aún si no puedo ver una vez más cómo se enciende un fuego en tus ojos cuando tratas de adivinar mi pensamiento, aún si no puedes corresponder a mis besos nunca más... Te amo.

Un omega de corazón cálido y un alfa que negaba a cualquier persona que no fueses tú, ¿extraña combinación, verdad? Sin embargo nos amábamos, y quisimos amarnos sin ningún remordimiento.

Quiero sentir nuevamente la calidez de tus dedos al entrelazarse lentamente con mi alma, quiero sentir que vuelves a ser mío, pero por sobre todas las cosas Yuuri, despierta, despierta.

Cuando despiertes quiero que me digas "Viktor, todo está bien" para sabernos bien, para aprender a querernos otra vez. Para que señales mis errores y me hagas sentir seguro; seguro de tí, de mí y de lo que fuimos una vez.

Por sobre toda la multitud que me aplaudía incansablemente, yo te veía a ti. Mi pecho se sentía emocionado, a punto de explotar. Nadie lo notó, nadie excepto tú.

Anticipaste todo, por eso corrías hacia mí mientras yo me desplomaba sobre el escenario. Satisfecho, feliz; te había encontrado y algo escapó de mí. Un peso que me había estado oprimiendo el corazón con la fuerza demoledora de un camión, ese día fue el comienzo de la eternidad.

Dime Yuuri, ¿qué sientes ahora que has cerrado tus ojos, ajeno a todo mi dolor?

Cuando despiertes tendremos días, incluso -si el destino nos favorece- años para pegar los fragmentos rotos de nuestro pasado.

El día en que la chispa de intuición vuelva a asomarse en tus pupilas, signo de que estás vivo y no sólo eres producto de mis más bellas fantasías, me sabré vivo y las tinieblas jamás volverán a nuestras puertas.

Quiero sentirte vivo, sentir tu calidez y por sobre todas las cosas deseo ver las orbes achocolatadas que me robaron el sueño durante años. Aún si no vuelves a amarme con pasión, incluso si tienes miedo de hacerlo. Me basta con saber que eres real.

Eres mi pareja destinada, mi amor real y eterno. Lo supe cuando descubrí pequeños detalles en ambos, pequeñas costumbres, pequeñas manías. Nos complementábamos perfectamente.

Siempre pareciste saber qué decir en el momento adecuado. Era un alfa solitario al que tú decidiste transformar en alguien amable y alegre. A pesar de ser siempre tan reservado, Yuuri, tú me cambiaste.

¿Quieres saber una cosa, Yuuri? En mi vida tu eres luz y alegría. Sin ti yo sería capaz de morir, así que te ruego que no me dejes morir de tristeza.