Capítulo I

976 110 13
                                    

Escucha Yuuri, voy a contarte nuestra historia, y para que cuando despiertes recuerdes todo sobre nosotros.

La historia se remota a muchos años luz de tu inconsciencia. ¿Recuerdas cuando nos miramos a los ojos la primera vez? ¿Cuando acogiste entre tu cálida sonrisa mi gélido espíritu de niño?

Amor mío, Yuuri. No sabíamos mucho de la vida y aún así decidimos intentarlo. ¿Qué podía saber yo, un niño desamparado que perdió a sus padres, de las almas gemelas o de la relación alfa-omega? O tú, que eras tan inocente y cálido como el suave tacto de un pétalo de rosa.

Estábamos destinados y aún así decidimos intentarlo. ¿En tu inconsciencia viajan memorias de tu primer amor?

 ¿En tu inconsciencia viajan memorias de tu primer amor?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Te invité a escuchar ese día mi presentación. También escuchaste a Yurio y a Mila, ¿te gustó su música?

Caminamos bajo la lluvia en esa tarde tan bien conocida por nosotros. Tu presencia tan cálida y tu suave aroma me serenaban. Al fin había conseguido encontrarte. Me sentía dichoso, la persona con la mejor suerte del universo entero.

Qué mal que el universo fuese tan infinito...

Yo sonreía mientras las personas caminaban a nuestro lado en un vaivén constante. Nunca supe tus sentimientos de ese día, siempre fueron un misterio para mí. Tus sentimientos sobre ese día estaban reservados para tus reflexiones nocturnas. Un simple mortal como yo no tenía derecho a entrometerse. Incluso ahora, te has encerrado en tu propio mundo, privándome de tí.

Algunas veces nuestros hombros rozaban y tú te sonrojabas aún más. Quería que te sintieras cómodo así que te dí más espacio en mi paraguas. Finalmente mi hombro derecho quedó a merced de la lluvia y pronto terminó completamente empapado.

Tal vez lo advertiste en el momento y fingiste no darte cuenta, o tal vez sólo no sabías nada al respecto. Yuuri, siempre fuiste tan despistado y misterioso a la vez.

Al llegar al pequeño teatro en el que iba a tener lugar el recital, me separé de ti.

—Me tengo que ir por aquí —te dije señalando un pasillo que conducía detrás del telón del teatro—. Elige cualquier asiento que esté disponible y mantén los ojos y oídos abiertos, tal vez presencies algo fuera de lo común.

Me miraste inseguro; dudaste por un momento y finalmente accediste con un leve asentimiento.

—De acuerdo. Gracias y suerte. — dijiste adivinando que yo tomaría parte en ese pequeño concierto.

Te dirigí una última mirada y me apresuré; al fin divisé a mis amigos que estaban desesperados por no saber nada de mí. Me dirigí a ellos con cierto temor.

Sentía el frenético palpitar de mi corazón y tu presencia seguía fresca en mi mente. Mi sangre martillando incesante debajo de mi piel, todas esas emociones que son comparadas cuando estás en lo más alto de una montaña rusa.

El Amor es como la Lluvia [OMEGAVERSE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora