Cap. 7 "Cuesta Arriba"

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Los días… transcurrieron deprisa.

Hacía una semana que KyungSoo no tenía idea de qué le pasaba por la cabeza al ausente de Kim JongIn, el menor se mantuvo alejado de él, ignorándolo en cada ocasión. Y es que el cambio de actitud del moreno se debió a un buen motivo; después de la serie de mensajes de textos relevando una parte oculta de él, solo recibió por parte del periodista un: No me mandes más mensajes, por favor.

Y es que de verdad KyungSoo no sabía qué hacer, había llegado al límite de solo querer esconderse y no afrontar lo que sucedía, lo que estaba desarrollándose dentro de él.

Y al parecer JongIn era una persona muy obediente o tal vez… Tiró la toalla, se aburrió del tema y de la actitud evasiva del profesor. Quizá ya había tocado fondo. KyungSoo no lo sabía con exactitud, cada noche se ponía a meditar sobre ello, estaba bien, se suponía que debería estar saltando en un pie porque al fin el universitario había tomado su distancia, pero la presión en el pecho no lo abandonaba.

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Rememoró el martes muy nítidamente. Él ya había llegado al salón de estudios con anticipación y aprovechó en colocar el USB a la portátil, para poder mantener su mente ocupada, pero cuando alzó la vista se dio cuenta que JongIn ya había tomado asiento en las últimas filas, sin siquiera decirle nada o regalarle uno de sus divertidos vistazos, el castaño lo miró pero JongIn ni siquiera le devolvió el gesto porque estaba más concentrado en el teléfono móvil. En el transcurso de la asignatura no ocurrió nada sorpresivo, y al término de la jornada, el menor se acomodó la mochila en un hombro y pasó por su lado muy tranquilo, como si fueran dos desconocidos.

KyungSoo, inconscientemente, fue detrás de él y se detuvo en el marco de la puerta, divisó como JongIn se juntó con tres chicos más, y entre risas se perdieron por el pasillo.

KyungSoo estaba acostumbrado a que lo ignoraran, como si su sola existencia no mereciera la pena en detenerse un momento para prestarle atención. Al menos, desde que se había casado, ya no le dolía el rechazo. Pero ese día, sintió un pesar muy siniestro, era como si hubiera echado a perder lo único agradable en su monótona vida.

Y se arrepintió de haber mandado ese mensaje.

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En los pasillos de la universidad se había cruzado dos veces con el moreno. Y esas dos veces habían terminado en lo mismo: Evitarse.  La primera vez solo fue un cruce de miradas que tuvieron, y que el primero en esquivarla fue el menor, para retomar su atención a su grupo de amigos, que eran los mismos de la fiesta de bienvenida. La segunda vez ambos se habían sorprendido porque casi chocaron, KyungSoo estuvo a punto de decirle que lo sentía por ser tan despistado — últimamente todo se le hacía borroso —, pero JongIn solo atinó a hacerle una reverencia y a seguir su camino.

De todos modos él qué esperaba, ¿Qué JongIn le hablara como si nada? Sabía que no era correcto el pasado trato que estaban llevando, pero era inevitable que no lo echara de menos, y de solo admitirlo quería llorar de frustración porque en qué tiempo pasó a tal grado, en qué momento se volvió tan débil.

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El jueves, JongIn faltó a la materia y KyungSoo se quiso imaginar que era por los preparativos de la presentación del sábado, y no porque algo malo le haya ocurrido.

Se encontraba tan tenso en esos días que no pudo negarse a la invitación de Joy para que bebieran un café después de terminar con las respectivas cátedras.

La reunión con su amiga fue tranquila, la conversación la abarcó la mujer contándole los miedos que tenía encima, ya que Sungjae quería formalizar la relación, específicamente que se casaran, pero la pelinegra tenía tanto miedo de equivocarse que atinó a pedirle tiempo, pero ahora sentía mucho pánico porque Sungjae optó por vivir un corto tiempo en la casa de playa de su familia, y es que seguro se encontraba dolido de aquella respuesta de la mujer que amaba. El castaño se limitó a escucharla mientras agitaba la cucharita en la taza, y pese a que la mujer sabía que algo le ocurría a su amigo, no le obligó a que le contara, si él quería desahogarse, por su cuenta propia la buscaría.

Melodía Correcta [KaiSoo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora