Capítulo 3: Sol, playa y arena

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  —¡Buen inicio de verano! —Dijeron todos los estudiantes al unísono, excepto Takeru, este lo dijo en lengua de señas

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  —¡Buen inicio de verano! —Dijeron todos los estudiantes al unísono, excepto Takeru, este lo dijo en lengua de señas.

Los aplausos se hicieron escuchar en todo el salón de clases, todos estaban felices por terminar bien el primer semestre a excepción de Umeko, está tuvo muchas dificultades para pasar.

—Aww, sobreviví el primer semestre. —Suspiró aliviada luego de lanzarse agotada en su silla.

—Ve el lado positivo Ume-chan, no tendrás que quedarte este verano a tomar clases de recuperación. —Le recordó Akemi a su lado.

—Eww, tienes toda la razón, y todo gracias a ti Akemi. —Le dedicó una sonrisa a su amiga.

—No fue nada Ume-chan, sabes que me apasiona la enseñanza. —Dijo algo avergonzada acariciando su cabeza.

—¡Ya es hora de irse muchachos, tengan un buen verano y no hagan cosas peligrosas! —Exclamó el profesor de matemáticas, recogió sus cosas y salió por la puerta seguido por varios alumnos.

—Bien vámonos Ake-chan. —Umeko tomó la mano de su amiga para irse juntas, pero está no se movió. —¿Que pasa Akemi? —Preguntó Umeko volteando a ver a su amiga.

—Es que... —La chica estaba algo incómoda de decirle eso a su amiga. Lo usual era que ellas siempre volvía a casa juntas, pero ese día Takeru le pidió que le dejara llevarla a casa. ¡Seguro es para confesarse! Ella no podía perder esa oportunidad. Y es que desde el día de la caja de arena el chico se estaba comportado muy extraño. —Es que le prometí a Takeru-kun que nos iríamos juntos.

—¡¿Eh?! Pero si siempre nos vamos juntas a casa —Protestó—. ¿Y desde cuándo llamas por su nombre a Yoshi?

—Vamos Umeko, te contaremos por el camino. —Tomoko apareció de la nada tomando a Ume-chan por el cuello, para llevársela. 

—No te preocupes por Ume-chan Akemi, ve con calma, luego te llamó para que me cuentes todo.  —Miu se despidió de Akemi guiñándole un ojo.

Tomo-chan se había llevado a Umeko arrastrada mientras está protestaba y gritaba que la soltará, pero Tomoko era una chica fuerte a comparación con Umeko que era muy delgada.

—¿Ya estás lista Hoshi? —Takeru se acercó a Akemi con una sonrisa.

—Cuantas veces tengo que decirte que me llames Akemi. —Gesticuló algo molesta.

—Es que no me acostumbro. —Se disculpo.

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En el camino a su casa Akemi miraba de reojo a Takeru sin que este se diera cuenta. Ya solo faltaban algunas cuadras para llegar a su casa y el chico aún no decía nada.

¿Qué le estará pasando? ¿No puede hablar? ¿Estará nervioso? ¿O solo me invitó para caminar callados a mi casa? No, no puede ser eso, cuando me lo preguntó se veía muy avergonzado, no puede ser que solo sea para esto.

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