Still I see you, celestial. (M)

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Aclaración: Bueno, el título de este os era más largo (And though you might be gone, and the world may not know, still I see you, celestial.) pero Wattpad se puso la gorra y no me dejó poner más de 80 caracteres. Ahora sí, los dejo con el os:

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Fue un día muy largo. Excesivamente largo. Más con la escena del hombre que estaba en el lugar en el que ella y la futura novia en el altar—lamentablemente, para otra persona— estaban degustando vinos. Y encima le tocaba el último turno. No quería estar ahí, incluso hasta habló con Javo para ver si la podía cubrir, pero él no le dio bola al respecto, así que no le quedó otra que comerse todo el turno noche en el hotel, sola.

Estaba harta de esa cocina. Harta de ese hotel. Y sobre todo, harta de toda la gente que estaba ahí adentro todo el día. Y quizás estaba siendo exagerada, porque en realidad estaba harta de dos personas en particular. La primera, alguien con la que era imposible enojarse en su presencia, alguien que le derretía el corazón cada vez que le decía algo lindo, o que sonreía por algo que ella había hecho. Y la segunda...

—¿Jazmín?

La última persona en su vida que quería ver, escuchar, todo, estaba parada en la puerta de su lugar de trabajo, mirándola. Incluso le había hablado. ¿Qué quería éste ahora?

—No está Florencia acá, Daniel. Te pido por favor que te retires, porque tengo mucho trabajo que hacer. —Su tono era seco, distante, no lo soportaba y tampoco estaba con todas las pilas para disimular que estaba todo bien, porque no era así. Lo único que le faltaba era que viniera este tipo a molestarla cuando trabajaba.

—¿A vos te pasa algo conmigo? —¿Otra vez esa bendita pregunta? Que bronca que le daba, ¿en serio creía que todo giraba entorno a él?

Empezó a cortar los tomates con fuerza, se escuchaba de más el golpe de la cuchilla contra la tabla sobre la que estaba cocinando, pero era eso, o mandarlo a la mierda. Necesitaba calmarse, jamás en su vida había llegado a ese extremo, el extremo de estar a nada de explotar, con todo lo que tenía para decir y hacer a flor de piel.

Reunió las pocas fuerzas que le quedaban y decidió contestarle lo más respetuosamente posible.

—No, no me pasa nada, ¿cuántas veces necesitás que te lo diga?

Daniel se acercó ahora a la mesada, y a Jazmín se le pusieron los pelos de punta. Quería irse. Y quería irse ya. Pero no podía, era verdad que estaba hasta arriba de pedidos, y si se dejaba estar un segundo no iba a llegar a terminar.

—¿Segura? Yo entiendo que Flor es tu amiga, pero... podés decirme lo que te pasa. —Y su tono fue más de seductor que otra cosa.

Frunció el ceño ante el tono que él acababa de usar con ella. ¿Qué estaba pasando?

—No entiendo a lo que te referís, ya te dije que no me pasa nada con vos, en serio. —Décimo novena vez que se lo decía, pero pareció ser que no le bastó, porque ya estaba acercándose más a su persona, y a Jazmín esto no le estaba gustando nada.

Él entonces ya estaba al lado de Jazmín:—Dale Jazmín, si sos re obvia. Aparte, ¿qué sabés lo que yo pueda llegar a sentir? —Y al instante que dijo eso, intentó agarrarla de la cintura, pero ella ya estaba a dos metros de él, cuchilla en mano.

—¿Perdón? Vos estás muy equivocado querido, y te aviso que Flor se va a enterar de esto. Retirate de mi cocina antes de que te clave esto, —Agitó la cuchilla un par de veces, con cara de odio y asco— te juro que lo hago. Salí de acá.

Daniel levantó las manos en señal de "tranquila, ya me voy", a modo de sobrador. Sabía que este idiota iba a hacerle daño a Flor, sabía que algo raro había, pero no se esperaba que la involucrase a ella. Seguía tensa, viendo como se retiraba de su cocina, y cuando estaba a punto de relajarse porque iba a estar sola de nuevo, él se giró en la puerta.

Flozmin One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora