La lluvia abrazaba gentilmente el oscuro traje del chico, siendo ya casi media noche, HoSeok seguía vagando por la ciudad. La indiferencia en sus ojos, la tristeza en su corazón y el arrepentimiento consumiéndolo.
Percibió un maullido cerca de él, miró hacía el suelo y ahí estaba, un pequeño gatito blanco y con manchas rubias en el pelaje. Estaba empapado y temblando, HoSeok miró a los miserables ojos del gato, y en ellos vio una inmensa soledad. Después de todo, el pobre animal estaba abandonado. Lo tomó en sus brazos y lo miró fijamente, ladeando su cabeza un poco. El felino solo maulló.
-Me recuerdas a alguien... ¿Te parece si me acompañas? Estoy solo... igual que tú.
El animal solo maulló, un agudo maullido.-Tomaré eso como un si.
Se lo llevo a su casa y al llegar, HoSeok dejó al pequeño animal en frente de la estufa y luego la prendió, fue al baño a buscar su secador de pelo y con este, ya enchufado en la sala, empezó a secar al gato. El minino ronroneaba al sentir las cálidas brisas que lo envolvían poco a poco. Al rato después, ya estando seco el felino, HoSeok buscó en la alacena algo para que este comiera. Encontró una lata de atún, la saco y abrió, luego vertió un poco del atún en un plato y lo dejó en el piso. En otro pote, dejó un poco de agua. El animal, deseoso empezó a devorar la comida, y en cuestión de segundos había dejado el plato vacío.-Creo que tenías un poco de hambre - dijo con ironía.
HoSeok sirvió el resto del atún en el plato y se dirigió a su habitación, cambió sus prendas húmedas y elegantes por un sencillo pantalón y una camiseta cualquiera. Fue al cobertizo a buscar alguna caja, con paredes no muy altas, y salió al patio a buscar tierra para echar en la caja. Al abrir la puerta para entrar, fue recibido por el felino, que curioso, salió a fuera. HoSeok dejó la caja en el piso y lo tomó antes de que alguno de los perros del vecindario lo viera.Entró y dejó la puerta con seguro. Dejó al animal en la sala y fue hasta su habitación.
-No debes salir, si lo haces los perros van a matarte, ¿oíste? - regañó HoSeok al ingenuo animal.
Se rascó la nuca y al sentir su cabello húmedo, volvió a la sala y con el secador secó su cabello. Ya estando seco, volvió a su habitación y se tiró a la cama. Cerró los ojos y a los minutos se quedó dormido.
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Créditos de la portada a @AhreAlice ❤