Capítulo 1

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Ashley


Me despierto y me doy cuenta de que estoy de nuevo en mi celda. Libby ya no está. ¿Qué habrá pasado? Espero un rato sentada en mi cama intentado recordar por qué estoy aquí. Yo ya estaba fuera. Me habían concedido la libertad condicional así que, ¿qué hago aquí de nuevo? Doblo las rodillas y meto mi cabeza entre ellas. Empiezo a sollozar. No es justo. Yo ya estaba fuera, me repito a mí misma. Intento calmarme un rato.

-Uno, dos, tres, cuatro...- respiro profundo mientras empiezo a contar hasta diez lentamente.

Estoy casi llegando al final de mi cuenta cuando escucho un grito proveniente del pasillo. Es la voz de Libby. Me acerco a las rejas y asomo la cabeza. Viene corriendo hacia mí mientras sigue gritando.

-Ya viene. Está llegando. Huye. Huye por lo que más quieras. CORRE ASHLEY.-

Libby tiene toda la cara ensangrentada y un enorme arañazo le recorre el pecho. Consigue abrir mi puerta y cae al suelo desfallecida.

-¡Libby!- Intento cogerla para salir corriendo de allí con ella, pero no logro levantarla.

-Libby por favor levántate, tenemos que irnos.-

Estoy desesperada y asustada. Debo hacer algo rápido pero no sé qué hacer.

-Vete. Aún estás a tiempo de salvarte. No dejes que llegue hasta ti.- dice en un susurro.

No entiendo nada. ¿Quién o qué no debe llegar hasta mí? No pienso irme sin ella, si no la saco de aquí a tiempo se va a desangrar.

Escucho un ruido inhumano al final del pasillo y me asusto de verdad.

-Ya está viniendo. Tienes que irte ahora sino será demasiado tarde para ti. Vete por favor.- me suplica Libby llorando. 

Le doy un beso en la frente y tras pronunciar un te quiero salgo corriendo.

Doblo la esquina y llego al siguiente pasillo. Giro a la derecha y después giro a la izquierda. Un par de giros más y estaré fuera. Venga Ashley, un último esfuerzo, pienso para mí misma. Me encuentro a unos metros de la puerta cuando...


¡Ringgg, ringgg! ¡Ringgg, ringgg!

Despierto entre mis sábanas, sudando y con una terrible resaca. Alargo el brazo con los ojos aun cerrados y tras varios intentos consigo apagar el despertador. ¿Ha sido solo un sueño? Parecía demasiado real. Me quedo un rato debajo de la colcha pensando en todo lo que ha pasado en el último mes.

Me han concedido la libertad condicional; he tenido que despedirme de mi mejor amiga, Libby; he salido al fin de la cárcel tras 4 años de condena; he vuelto a mi casa, a mi ciudad natal y al fin he recuperado a mis amigos. ¿Qué podría estar mal para que tenga ese tipo de sueños?

Me levanto y camino hasta el baño. La ciudad de Nueva York se ve muy bonita a estas horas de la mañana desde mi ventana.

-Por fin todo ha vuelto a la normalidad.- digo en voz alta para mí misma.

Hoy empiezo a trabajar de nuevo. Me han contratado en una cafetería al sur de Manhattan. Espero que este trabajo me dure lo suficiente como para mantenerme hasta que consiga encontrar uno mejor.

Me saco la ropa de la noche anterior, me meto en la ducha y abro el grifo de agua fría. El agua empieza a caer y me moja de pies a cabeza. Tras un rato frotándome me aclaro, salgo de la ducha y voy desnuda hasta la cocina. Meto dos rebanadas de pan en el tostador. Mientras se tuestan vuelvo a mi cuarto y me pongo un short blanco que contrasta a la perfección con mis piernas doradas y una blusa de palabra de honor de color azul. Cuando llegue al trabajo ya me pondré ese horrible uniforme.

Me peino y vuelvo a la cocina a por mis tostadas. Preparo un café, unto las tostadas con mantequilla y mermelada de fresa y me siento a desayunar. Me dispongo a darle el primer bocado a una de mis tostadas cuando suena el timbre.

¿Quién será a las putas 7 de la mañana de un lunes?

Me acerco aún descalza a la puerta de la entrada y cuando la abro me encuentro con Jack apoyado en el marco de la puerta.

No puede ser. Esto no puede estar pasando. La última vez que vi a Jack fue unos días antes de ingresar en prisión. Las cosas entre él y yo iban bien pero cuando todo ocurrió se alejó de mí. Ahora está muy cambiado. Ha dejado que le creciera un poco más el pelo y le queda genial. Sus ojos azules siguen teniendo ese brillo de siempre, por no mencionar que estos 4 años lo han terminado de convertir en un hombre. Ha cambiado, pero sigue siendo más o menos cómo lo he recordado durante estos años, sigue teniendo su esencia. Pero a pesar de llevar mucho tiempo esperando volver a verlo no sé cómo reaccionar. No sé qué pinta él aquí.

Me quedo parada mirándolo fijamente a los ojos sin saber qué decir.


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Hola a todos/as. Espero que os este gustando este primer capítulo que llevo escrito. Cualquier cosa comentad. Intentaré subir nuevo capítulo al menos una vez por semana pero ya iré viendo si puedo o no. Votad y muchos besos!

Tan solo quédate conmigoWhere stories live. Discover now