capitulo 15

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Christian está  visiblemente sorprendido pero por alguna extraña razón también parece complacido. Retiro mis piernas de su regazo y me acerco más  a él y tomo sus manos abrazándolas con las mías. 

“¿Cómo te sientes?” pregunto cautelosa porque su reacción me desconcierta. 

“No lo se,  pero el saber que no soy fruto de el pago por un servicio de prostitución me llena de……..” 

“¿De qué?” pregunto al ver que no continua y se queda mirando fijamente al vacío. 

“Tranquilidad,” responde finalmente y me devuelve la mirada. 

“¿Y que piensas de tu padre?” 

“No estoy seguro, pero por lo poco que hay aquí de él parece un buen hombre, algo extraño, pero por alguna razón hasta me agrada” 

“¿Y cómo tomaron tu llegada?” los nervios me matan, pues supongo que una chica tan joven no debió estar preparada. Yo aun no me siento lista. 

“No llego a esa parte aun, pero ella por fin se decidió por uno de los dos y va a  empezar una vida junto a él, además eso es en septiembre, justo nueve meses antes de que yo naciera” dice a modo de explicación  

 “¿Y si tal vez naciste antes de tiempo?”  La pregunta  ha salido de mi boca antes de que pudiera detenerlas. Christian  vuelve a una expresión de angustia y yo quiero darme patadas por mi falta de prudencia. 

“Lo siento, lo siento. Es una tontería lo que dije. Por favor sigue leyendo. Olvídalo.” Trato de tranquilizarlo. Finalmente no sé nada  de lo que allí dice. Acaricio su hermoso rostro y por fin logro que sus labios se arqueen momentáneamente. De repente, mi estomago suelta un  fuerte gruñido y hace que su sonrisa ahora sea real y mucho más  grande. 

“Tienes hambre,” murmuro. Libera una mano de entre las mías y la coloca en mi vientre. 

“Un poco,” respondo encogiéndome de hombros y colocando una mano sobre la suya. “Parece que el jugo de mango no logró entretener por mucho tiempo a Ted” 

“¿Quieres que salgamos a cenar a algún lugar?” Coloca el diario a un lado y comienza a levantarse. 

“No”  Lo detengo y logro que se siente otra vez.  “Sigue leyendo, yo iré a preparar un sándwich, y te traeré también uno. ¿Cómo lo prefieres? 

“Como tú quieras hacerlo,” responde y toma el diario nuevamente. 

Me dirijo a la cocina sorprendida por la facilidad con la que acepto continuar leyendo. Pero supongo que  le es difícil tan solo cerrar la ventana al pasado cuando éste te muestra como llegaste al mundo. 

Tomó  el pan, el jamón y busco en el refrigerador más ingredientes que pueda utilizar, si tan solo fuera para mí, le metería todo lo que hay, pero debo ser más cuidadosa con mi  alimentación, además no creo que a Christian le guste. De repente, me parece escuchar  que Christian  vocifera la palabra SI. Me quedo  atenta a cualquier otro sonido mientras me acerco cautelosamente a la habitación, pero cuando llego y asomo la cabeza veo que está  al parecer tranquilo y muy sumergido en lo que está leyendo. 

 Regreso a la cocina un poco más relajada. Tal vez escuché mal, sin embargo mantengo agudizado el oído. Coloco los ingredientes que finalmente escojo en el mesón y empiezo a armar los sándwich. Cuando tengo listo el primero le doy una pequeña mordida, pero mientras termino de armar el segundo ya casi voy terminándolo.  Rápidamente vuelvo al refrigerador para buscar algo de tomar para Christian cuando mi oído me advierte sobre  sus pasos apresurados. Cierro la puerta del refrigerador para confirmar si efectivamente estoy escuchando bien, pero soy sorprendida por un arrollador abrazo que casi me lastima. Siento como su corazón late fuerte mientras me susurra al oído. 

Siluetas de cincuenta sombras - L. Farley -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora