Dulce Sangre ||Beyond Birthday y Tu||

VII: Solo un objeto sin valor

~Horas más tarde~

Pov _____:
Saqué casi todos los muebles que habían dentro de la habitación, esperaría a Beyond decidiera donde ponerlos.
La habitación había quedado hermosa y algo espaciosa, sin los otros muebles.
Guardé las dos libretas en donde las había encontrado, así Beyond nunca sabría que las tenía.
Me tiré encima de la cama que había allí, di un gran suspiro y miré el techo por un largo rato.

—Oye niña estúpida —escuché la voz de Beyond—. Veo que abriste la puerta trabada, buen trabajo.

Me levanté y me senté en la orilla de la cama mirando a Beyond.
Él traía una bolsa de color negro entre sus manos, lo cual me confundió un poco.

—¿Traes el cadáver de alguien o qué? —pregunté sin ninguna importancia—.

—De hecho es algo diferente —respondió con una sonrisa—.

Beyond se acercó un poco y me lanzó aquella bolsa a la cara.
La tomé y miré su contenido; había ropa, dos cambios distintos, una toalla y unas zapatillas deportivas.

—Ya no podrás quejarte de nada, tómalo como un premio por arreglar y abrir esta habitación —dijo Beyond algo serio—.

—¿Gracias? —miré a Beyond quien asintió levemente—.

—Supongo que ya sabes dónde está el baño.

—Si, ya lo sé —tomé la bolsa con las cosas y me dirigí hacia la puerta que había tirado de la habitación—. Me iré a dar una ducha —dije y caminé hacia el baño—.

Pov Beyond:
Me sorprendió un poco que abriera esa puerta, estaba realmente trabada y algo gastada.
Miré la habitación perfectamente arreglada, luego miré los otros muebles pensando en donde podía ponerlos.

—Oye Beyond —_____ se asomó por la puerta—. Se me olvidó decirte que no hay agua, creo que la llave está cerrada.

—Iré a ver —dije algo irritado y salí a abrir la llave del agua—.

Era de noche, cerca de las once.
No tenía ni idea del por qué le conseguí ropa a esa niña estúpida, bueno tal vez si, no quería que se pusiera más insoportable de lo que ya estaba.

Abrí la llave que tapaba el paso al agua y regresé buscando a _____ para notificarle que ya estaba listo su capricho del agua. No estaba en la habitación.
Supuse que se había escapado, no, ella no es tan lista.

Caminé al baño, el cual estaba a unos cuantos pasos de la habitación, la puerta estaba medio abierta. La abrí y allí estaba ella en ropa interior, es estúpida por no cerrarla bien.

—¡Beyond! —gritó tapándose con la toalla—. ¿¡Qué estás haciendo!?.

—Vine a decirte que ya está listo tu estúpido capricho del agua —respondí de forma fría—.

—¡Pudiste haberlo dicho desde afuera del baño, detrás de la puerta!.

—Tu dejaste medio abierta la puerta, además no hay nada que ya no haya visto —reí un poco y di media vuelta listo para salir—. No cierras las cortinas de tu habitación cuando te cambias.