Capítulo 5

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Bailábamos en la pista viendo como Bill y Fleur cortaban la tarta. Hacían buena pareja. Todo iba incriblemente bien, cuando sucedió.

Hubo un estallido, todo saltó por los aires, y el caos comenzó. 

Gritos. Cristales rotos. Destrucción.

-¡Largaos! ¡Han descubierto vuestro escondite!- gritó un haz de luz con la voz de Malfoy.

Apenas desapareció aquella luz, corrí hacia Ron y Harry, les cogí del brazo y nos desaparecimos en Tottenham Court Road.

Habían vuelto a descubrir nuestro escondite... me entraron ganas de darle un puñetazo a algo.

Y lo recordé.

-¡Harry! ¡Hoy es tu cumpleaños! Ginny y yo teníamos pensado sacar una tarta cuando la boda terminase.

-No importa, Hermione.

Suspirando nos metimos en una cafetería.

-¿Qué van a tomar?

-Un capuccino, por favor-respondí a la camarera.

-Lo mismo- dijo Harry.

-Ehh.. yo estoy bien, gracias- contestó Ron, aún estaba agotado tras la imperdonable que le había lanzado Malfoy apenas unas horas antes.

Pensando en Malfoy...

-Tenemos que encontrar el guardapelo de Voldemort- solté a bocajarro.

Harry se frotó los ojos, cansado, parecía haber envejecido varios años de golpe.

-Primero deberíamos encontrar un lugar en el que refugiar...

No pudo terminar la frase, un mortífago apareció de la nada, y conjuró un Avada que esquivamos por poco; otro mortífago se materializó delante de nuestras narices, desatando un agresivo duelo donde las maldiciones volaban de un lado a otro, impactando contra las paredes, y rompiendo las ventanas .

Harry lanzó un Sectumsempra al que estaba a nuestra derecha, y yo conseguí dar en el pecho con un Obliviate al que se escondía tras el mostrador. Nos acercamos a ellos.

-Es Avery- dijo Ron-lo reconozco del Ministerio.

-Y este es Crabbe Senior- añadió Harry.

-¿Cómo nos han encontrado?No lo entiendo.

Les sujeté por los hombros y nos aparecí en las afueras de Grimmauld Place.

-¿Qué hacemos aquí?- me preguntó Harry.

-Creo, creo que sé cómo encontrar el Guardapelo-le contesté. Mientras quitaba las salvaguardas que Malfoy había vuelto a poner en su sitio cuando me rescató- Tened cuidado.

Entramos sigilosamente en la casa, comprobamos que no hubiese nadie y nos reunimos alrededor de la mesa de la cocina.

-¿Y bien?- me apremiaron ambos.

-¿Recordáis al elfo? Sí, el de Regulus- añadí antes sus caras de extrañeza.- ese tan maleducado...-en seguida comprendieron, pues solo habíamos convivido con un elfo desagradable .

-Kreacher- dijo Harry.

-Ese mismo. La cosa es que, si era el elfo de Regulus, seguro que podrá decirnos dónde se encuentra el Guardapelo, después de todo fue él quien ayudó a...

Un sonoro crack retumbó en la cocina, impidiéndome continuar.

-¡Mestizos, traidores y sangresucias! ¡La casa! ¡La ama estaría furiosa! ¡Tanta mugre!- hablando del rey de Roma.

-¡Tú!-gritó Harry, y le agarró por el pescuezo. Yo me alarmé y traté de separarle del pobre ser, pero Ron me retuvo, tratando de tranquilizarme.

-¡Maldito! ¡Suelta a Kreacher!-berreaba el elfo.

-¡Dime dónde está el guardapelo y te soltaré!

-¿Guardapelo? El amo Regulus trajo uno una vez-Harry soltó a Kreacher, y Ron y yo suspiramos aliviados- Coff coff.

-¡¿Dónde lo guardaste? ¿Qué hiciste con él?

El elfo se sobó el cuello.

-El amo pidió a Kreacher que destruyese el guardapelo, pero Kreacher no pudo hacerlo- cogió una cazuela y comenzó a azotarse con ella, mientras de sus ojos, grandes y redondos como pelotas de golf, saltaban gruesos lagrimones. Traté de detenerlo pero Harry me detuvo- Así que Kreacher lo guardó, sí, lo guardó... hasta que ese sucio Mundungus se lo robó a Kreacher, y ahora está muerto...

-¡¡Muerto!!-gritamos los tres.

Kreacher señaló al armario y yo me acerqué con temor, tragando saliva. Abrí de un tirón la puerta.

Casi vomito allí mismo...

Un cuerpo sin vida cayó hacia delante sobre el suelo de la cocina, sus ojos vacíos miraban a la nada, sin vida,  su cuerpo ensangrentado ya en un estado de descomposición avanzado.

-¡Ese! Kreacher lo metió en la alacena. Los mortífagos llegaron cuando entró en la casa. Registraba las cosas, los tesoros de Kreacher, robó el guardapelo y cuando la señora Lestrange lo vio, arranó lo arrancó del sucio Mundungus. Lo torturó por horas. Dejó el cadáver en el suelo, manchando la casa de mi ama.

¡Agh! Eso da asco.

Quería salir de allí, y por la mirada en los ojos de mis amigos, yo no era la única. Pero aún no era el momento.

-Kreacher, ¿sabes dónde está ahora el guardapelo?

-¡No hables a Kreacher! ¡Sucia! ¡Inmunda!

-¡Contesta la pregunta, Kreacher!- ordenó Harry.

-La gorda lo tiene- respondió el elfo entre gruñidos- la gorda cara de sapo.

Los tres nos miramos.

-Umbridge.

En Nombre de SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora