La pequeña Malfoy corría por las calles Londres acompañada de su padre y su hermano Scorpius, que miraba con extrañes a cada muggle que pasaba por su lado. La manera de vestir de los Malfoy no era muy diferente a la de los muggle y pasaban de ser percibidos fácilmente.
Draco miraba con ternura a su pequeña que saltaba y corría por las calles, su larga cabellera rubia platinada y sus rosadas mejillas la hacían aún más tierna. Scorpius su hijo menor caminaba aferrado a su brazo.
-Papi, Papi, esta es la tienda-Grito la pequeña, entrando a la tienda que Draco conocía como la tienda de artefactos muggles.
-Sophie no corras podrías caerte-Le advirtió su padre que la seguía detrás.
La pequeña Sophie miraba asombrada al que artefacto que sus amigas muggle tenían. Hace unas semanas Sophie pidió un celular para su cumpleaños número diez, su padre se lo había prometido y ahora le tocaba cumplir con lo acordado.
-Papá apresúrate-Dijo la pequeña-¡Mira! Este es el celular que quiero por mi cumpleaños.
-¿Estás segura que quieres un artefacto muggle?-Preguntó Draco aunque sabía de antemano que su hija quería ese celular desde que una de sus amigas muggle se lo mostraron.
-Si-Respondió Sophie con una dulce sonrisa. Haciendo que su padre muera de ternura por su hija.
Una joven se acercó a la familia Malfoy.
-Disculpen ¿Puedo ayudarlos en algo? -Preguntó la joven.
-Queremos ese artefacto muggle-Habló Draco arrepintiéndose de inmediato de lo que dijo.
-¿Artefacto muggle?-Preguntó desconcertada la joven.
-Papá no hagas bromas-Dijo Sophie, salvando a su papá.
-Deme ese celular, por favor-Habló Draco serio.
La joven se retiró con el celular que su hija había escogido y al cabo de un rato regreso. El celular estaba en una pequeña caja blanca e Sophie estiraba sus manos para cogerlo.
-No seas ansiosa Sophie -Dijo Draco dedicándole una sonrisa a su hija.
- ¿Lo pagará con tarjeta o en efectivo?
-En efectivo
Draco conocía muy bien el mundo muggle desde que se enamoró de Anastasia Pinolt una "muggle" que le enseño el sentimiento del amor.
La conoció cuando viajo a Bélgica para ver algunos asunto de trabajo junto con su padre. Era una hermosa mujer de cabello largo rubio igual que él ojos azules y piel clara como la nieve. Era la sirvienta de una familia de magos que la trataba peor que a un elfo doméstico.
-Así que ella es Anastasia-le dijo Draco a su padre, mirando de reojo a Anastasia que estaba limpiando la sala
-Es una squib, es una lástima siendo la única descendiente de la familia Pinolt. Sus padres murieron en la primera guerra mágica, fueron grandes seguidores de Lord Voldemort-Dijo Malfoy con gran nostalgia.
-No hables de él-Draco odiaba que su padre aun habla de ese monstruo con respeto.
Ver la sufrir tanto con aquella familia de magos le hizo tomar la decisión más importante de su vida.
-Yo te salvare de este sufrimiento ven conmigo-le susurro Draco al oído.
-No lo permitirán...Te quiero, pero no puedo irme de esta manera.
-Ven conmigo, el ministerio te protegerá eres una squib tus padres fueron magos. Tengo una conocida en el ministerio de magia ella nos podrá ayudar.
Aquel día Draco y Anastasia comenzaron su gran amor. Anastasia le enseño a Draco el mundo muggle en el que ella había crecido hasta los diez que fue llevada con la familia de magos que maltrato por años. La familia Malfoy se opuso al principio, pero después de un tiempo lo aceptó a duras penas. Se casaron en Paris en un pequeña ceremonia. Al regresar de viaje Anastasia quedo embarazada de su primera hija Sophie Andromeda, un año después tuvo a su segundo hijo Scorpius Hyperion donde no pudo soportar el parto y murió. Algo que dejo muy triste y destrozado a Draco que tuvo que lidiar con ser un padre soltero. Al principio le fue difícil, pero gracias a la ayuda de su madre lo pudo logar.
Sus hijos le devolvieron la sonrisa y la luz a vida.
-Papá podemos irnos ya no-le pidió Scorpius aferrándose a su brazo.
-Señor gracias por su compra, regrese pronto -Dijo la joven.
Scorpius aun aferrado a su padre dejo salir un Gracias. Era un niño muy tímido algo que molestaba mucho a su abuelo Lucius, sin embargo, su padre siempre estaba allí para defenderlo de cualquier ataque que recibiera.
....
Algo que realmente odiaban Sophie y Scorpius era comer el pastel de zanahoria que su padre preparaba cada vez que estaba de buen humor.
-Coman o no podrán ir a dormir sino terminan el postre-Sentencio Draco.
- ¡Papá, pero odiamos el pastel de zanahoria! - Dijeron a la vez los hermanos.
-Igual lo comerán porque esta vez lo hizo Lizzy -Dijo Draco, Lizzy era la elfa doméstica de los Malfoy.
-Entonces lo comeré
-Yo también -Dijo Sophie
-Vaya...- Susurró Draco y observo a sus hijos cenar.
Su pequeña se iría en dos años, y el miedo de que sea rechazada lo perseguía. Era su culpa, no podía negarlo. La observó sonriente, su hija le devolvió la sonrisa, entonces le dijo "Sophie, Mamá sonreía como tú, nunca dejes de hacerlo. Pase lo que pase no dejes de hacerlo"
-Siempre lo haré, Papá