Adiós.

16 1 0
                                    

Con las manos ensangrentadas digo adiós. 

Adiós a mi vida tal como la conocía. 

Adiós a la monotonía, adiós a la estupidez humana.

Quién sabe, quizá estoy cometiendo el mayor error de mi vida, el mayor y el último, ya que cuando despierte la próxima vez estaré muerto. 

Pero ya no hay vuelta atrás.

Cada segundo que pasa estoy más cerca de la muerte, cada vez que respiro el color rojo tiñe más la habitación, cada punzada de dolor en mi estómago me hace más débil. La oscuridad me envuelve a a vez que mi alma se esfuma. Siento como si abrazara mi cuaerpo al desvanecerse llevándome con ella. Siento como los recuerdos invaden mi mente.

Hace apenas un mes que te conocí, recuerdo aquel momento como si acabara de vivirlo. Estaba perdido, y me encontraste. Recuerdo perfectamente aquel cementerio, recuerdo mi dolor junto a la tumba de mi padre, y cómo apareciste como un ángel para salvarme. La neblina le daba a tu rostro pálido un brillo especial, y a tus ojos grises una intensidad sobrenatural. Tu perfecto cabello cobrizo ondeaba y caía con timidez sobre las hojas del libro que sostenías.

Pero no podía estar más equivocado.

A pesar de ser la imagen de un ángel eras todo lo contrario. Un demonio, una asesina; eras un vampiro. Y a pesar de ello no pude evitar caer rendido ante tu belleza maldita.

Y te aprovechaste de mí. Me prometiste la eternidad y la juventud. Me prometiste morir a tu lado. Te alimentaste de mí, no solo de mi sangre, también de mis sueños y mi humanidad. Hasta la última de mis células quedó prendada de ti. Lo abandoné todo, hasta mi vida.

Ahora te regalo mis últimos suspiros esperando que llegues a cumplir tu promesa, antes de que sea demasiado tarde. Aunque algo en mi interior me dice que no lo harás.

Junto al último latido de mi corazón, una extraña felicidad me invade al ver tu rostro antes de que mis ojos se cierren para siempre.

Mi ángel llegó tarde.

Relatos oscurosWhere stories live. Discover now